- Restos arqueológicos hallados en la Cueva de El Toro, en El Torcal de Antequera (Málaga), revelan prácticas de canibalismo en el Neolítico Antiguo, hace 7.000 años, ya que consisten en un cráneo "copa", tallado para conseguir la forma de un cuenco, y una mandíbula junto a recipientes depositados como ofrenda.
Los resultados del estudio de ADN de los restos han establecido relaciones de consanguineidad de primer grado en dos de los siete individuos de los que se han encontrado restos, según ha informado la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía este lunes en un comunicado.
Este hallazgo, unido a la interpretación de las evidencias, ha llevado a establecer las hipótesis de que se trate de un canibalismo agresivo vinculado a episodios violentos entre grupos en el que se encontraban miembros de una misma familia o de que se produjera en el contexto familiar y fueran consumidos como parte de un ritual funerario.
La datación por el método del Carbono 14 indicó al equipo interdisciplinar en Arqueología, Antropología y Paleogenética que ha liderado las actuaciones, dirigido por Dimas Martín Socas y María Dolores Camalich Massieu, que ambos conjuntos son probablemente resultado del mismo momento de ocupación humana de la cueva, entre el 5.000 y el 4.800 a.C.
Las intervenciones arqueológicas realizadas en este asentamiento han documentado ocupaciones humanas desde el Neolítico Antiguo, cuando se identifican las evidencias más antiguas de canibalismo en poblaciones agricultoras y ganaderas, hasta el final del Neolítico Reciente, hace 5.000 años.
Los resultados de este hallazgo han sido publicados en la revista científica "American Journal of Physical Anthropology" y el trabajo se integra en el Programa de Investigación del Plan Director, como una de las líneas de Investigación+Desarrollo+Innovación promovida por la Universidad de la Laguna en la Sierra del Torcal.