El municipio de Benalauría iniciará en las próximas semanas el proyecto de creación de un centro de documentación, unas instalaciones que se ubicarán en la antigua biblioteca municipal Antonio Calvente, espacio que será cedido por el Ayuntamiento de la localidad a los responsables de la iniciativa.
Para conocer los curiosos y románticos inicios de este original proyecto es necesario retroceder en el tiempo 42 años, hasta 1977, cuando los jóvenes Antonio Viñas y Juan García se percataron de la escasez de documentos referentes a Benalauría de la que adolecía el pueblo. Fue entonces cuando, acompañados de lápiz, papel y una vieja cámara de fotos los jóvenes empezaron haciendo dibujos durante sus numerosas excursiones por el entorno para, después, comenzar con el arduo trabajo de realizar un sinfín de fotografías, hacer copias de documentos de gran valor histórico guardados durante décadas por familias del pueblo o redactar numerosos textos en los que se transcribían los testimonios, relatos y vivencias de los vecinos, muchos de ellos actualmente fallecidos. En definitiva, Antonio Viñas y Juan García llevaron a cabo un laborioso trabajo de recopilación de información que, hoy en día, tiene un valor incalculable. A partir de ahí, en las décadas futuras, el proyecto siguió adelante con la implicación y la colaboración desinteresada de más personas, en su mayoría jóvenes del pueblo, que continuaron acopiando información relevante de Benalauría siguiendo las directrices de los impulsores de la iniciativa.
De una u otra forma, el trabajo ha sido constante hasta el día de hoy, de lo que se deduce la ingente cantidad de información recopilada y la necesidad de hacerla accesible para que vecinos y visitantes tengan la oportunidad de consultar los documentos que deseen. De ahí la importancia de crear un centro de documentación en el que, además, se prevén organizar una serie de actividades paralelas como charlas, coloquios, exposiciones o talleres de digitalización, fotografía o documentación entre otras propuestas.
En este punto, es necesario recordar que, desafortunadamente, los archivos municipales y, por ende, miles de valiosos e históricos escritos de épocas pasadas de centenares de pueblos y ciudades fueron destruidos durante la Guerra Civil. Benalauría no fue una excepción. Por tanto, la creación del centro de documentación es un importante proyecto que servirá para mostrar la historia y la memoria viva de Benalauría relatada por sus mejores conocedores y, a la vez, sus protagonistas: los propios vecinos. Con todo ello se pone de manifiesto la sensibilidad de los creadores de la iniciativa y del Ayuntamiento de Benalauría.
Tal y como se recoge en su resumen, “el proyecto tiene como objetivo principal fortalecer y recuperar el valor de la memoria. Constituirse en un soporte de unión, difusión cultural y social entre una generación que desea contar su historia y otras que quieren y necesitan escucharla. No tenemos el derecho a perder nuestra memoria como pueblo.
En los últimos años diversos estudios han demostrado que mantener el cerebro activo a lo largo de la vida, ayuda a mantenerlo joven. Las personas deben disfrutar de la vida y no sucumbir al llamado apagón emocional. Todos sabemos que nuestros mayores pueden ver reducidas sus capacidades de memoria a medida que su edad va evolucionando. Por esta razón aumenta la importancia de trabajar y ejercitar la mente para poder fortalecer la memoria y reducir o aplazar los efectos negativos que provoca tener una pérdida de recuerdos. Mantener activos físicamente y mentalmente a nuestros mayores y luchar contra la soledad y el aislamiento es un tema muy importante en nuestra sociedad rural.
Resaltar una y otra vez la importancia de todo esto para nuestras próximas generaciones, el tener recopilados los conocimientos y las experiencias vividas de nuestros mayores. Solventar una deuda contraída con los muchos vecinos que ya no están con nosotros y que tuvieron la inquietud de prestar sus álbumes fotográficos personales para el disfrute de todos mediante audiovisuales y exposiciones. Las fotografías prestadas fueron en su día reproducidas o copiadas en negativos en blanco y negro, en color y en diapositivas, y después digitalizadas. En estos momentos se desconoce la cantidad exacta de fotogramas en blanco y negro pero pueden rondar los 35.000, 9.000 diapositivas, más 56 cintas de casete con entrevistas, más de 32 cintas de video de 8mm, fotos en papel de varios tamaños…”.