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Sevilla

La exhumación de Pico Reja incluye talar árboles y desmontar nichos

Según varios historiadores, esta fosa podría acoger los restos de 1.103 personas represaliadas, entre ellas miembros de la Corporación municipal del 36

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  • Una arqueóloga trabajando en la fosa de Pico Reja. -

La memoria de la intervención correspondiente a la delimitación e investigación inicial de la fosa de Pico Reja del cementerio de Sevilla, que según el historiador José Díaz Arriaza albergaría los restos de 1.103 represaliados durante las primeras semanas de la Guerra Civil, recomienda de cara a la exhumación de los cadáveres la "tala de la arboleda de gran porte" de este enclave y el "desmonte del cuerpo de nichos" de la calle San Eduardo del camposanto hispalense, entre otros aspectos.

Así queda de relieve en el volumen de más de 1.200 páginas que recoge toda la información correspondiente a la actuación acometida por la empresa TCA Geomática, bajo la dirección de la arqueóloga Inmaculada Carrasco, para localizar y delimitar la fosa común de Pico Reja del cementerio de Sevilla y realizar una cata arqueológica inicial sobre la misma.

En ese sentido, recordemos que según historiadores como José Díaz Arriaza, la fosa de Pico Reja podría acoger los restos de 1.103 personas represaliadas por las tropas sublevadas desde el comienzo del alzamiento militar hasta el 31 de agosto de 1936, figurando entre las víctimas miembros de la corporación municipal de la época, algunos alcaldes e incluso diputados. Podría ser, de hecho, la fosa donde descansarían los restos de Blas Infante, ejecutado precisamente en agosto de 1936.

Los resultados de la investigación inicial de aquella fosa, encargada por el Ayuntamiento de Sevilla a TCA Geomática, están plasmados en la citada memoria de intervención, recogida por Europa Press y que corrobora "tanto las noticias escritas como orales sobre la existencia de la fosa con restos de personas enterradas tras el golpe militar de 1936", pues la fosa en cuestión constituye un depósito "colectivo" de cadáveres enterrados sin ataúdes y sin que la posición de los cuerpos se atenga a "los rituales funerarios habituales".

Según dicho volumen, dada la localización de restos óseos que corresponderían a un "mínimo" de seis personas, con indicios de "episodios de violencia" en dos de los casos y en una excavación superficial de apenas dos metros cuadrados, "es posible mantener las cifras manejadas por Díaz Arriaza" respecto al número de cuerpos que albergaría la fosa, e incluso "aumentarla".

LA "REUTILIZACIÓN" DE LA FOSA

Y es que según se detalla en este libro, tras haber acogido los cuerpos de las personas represaliadas desde el inicio del alzamiento hasta acabar agosto de 1936", la fosa de Pico Reja habría sido "reutilizada en momentos posteriores", pues por ejemplo fue localizado un fragmento de engarce de cristal de Bohemia con la inscripción del nombre oficial de la Segunda República Checoslovaca durante 1938 y 1939.

Igualmente, la memoria de intervención expone que las dimensiones de la fosa "exceden las barajadas a priori" y la misma "sobrepasa el espacio ajardinado que presenta forma de triángulo". Al respecto abunda este volumen la "cercanía" de la fosa al cuerpo de nichos de la calle San Eduardo, que apenas dista un metro del espacio delimitado respecto a los enterramientos de Pico Reja. Este cuerpo de nichos, según precisa el texto, "debió ser construido en los años 50 del pasado siglo, sustituyendo a otro cuerpo de sepulturas más pequeño".

La memoria de intervención de la delimitación e investigación inicial de la fosa común de Pico Reja, además, incluye una serie de "recomendaciones" de cara al proyecto de exhumación de los cadáveres, que según el Ayuntamiento hispalense alcanzará un coste de unos 1,2 millones de euros. Para dicha actuación, como es sabido, las administraciones tienen pendiente la firma de un convenio destinado a orquestar la financiación conjunta del rescate de los más de 1.100 cadáveres contenidos en este enclave del cementerio de Sevilla.

Dichas "recomendaciones", en cualquier caso, incluyen entre otros aspectos la "tala del arbolado de gran porte" del espacio ajardinado de Pico Reja, en alusión a la palmera y los cipreses que coronan dicho jardín, así como el "recorte y desmonte de la arboleda de mediano y pequeño tamaño" y el "desmonte del cuerpo de nichos de la calle San Eduardo, del mobiliario urbano y del pavimento perimetral.

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