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Jeep Compass: el SUV más americano

Lo primero que llama exteriormente la atención es la prominente parrilla delantera, que destaca por tener siete ranuras cromadas y por su posición elevada

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En un mercado cada vez más dominado por los modelos todocamino (SUV), el Compass de la estadounidense Jeep supone un soplo de aire fresco con el que la marca quiere superar los registros de la generación anterior.
Presentado en el Salón del Automóvil de Los Ángeles de 2016 (SALA), la segunda generación del SUV compacto Compass es "clave" para el futuro de la marca, englobada en el grupo italo-estadounidense Fiat Chrysler Automobiles (FCA).

Para Jeep el Compass es el mejor ejemplo de la estrategia global de la marca que le ha llevado a producir coches en sus factorías de Brasil, México (donde se fabrican los Compass destinados al mercado americano y el europeo), China e Italia.

Por lo tanto, el modelo probado es en el que más esperanzas y previsiones de ventas tiene puestas la marca.

Para ello cuenta con motorizaciones gasolina (1.4 Multiair de 140 y 170 CV) y diésel (1.6 Multijet de 120 CV y 2.0 Multijet de 140 y 170 CV), que se pueden combinar con transmisiones 4x2 y 4x4 y cajas automáticas de 9 relaciones.

La unidad analizada es la equipada con el propulsor diésel 2.0 con tracción total y transmisión automática secuencial de nueve velocidades, de la que posteriormente detallaremos su comportamiento en marcha.

Entretanto, lo primero que llama exteriormente la atención es la prominente parrilla delantera, que destaca por tener siete ranuras cromadas y por estar en una posición elevada.

El frontal es poderoso y un tanto agresivo, en línea con lo que buscan los conductores de un SUV, que quieren gozar de una especie de atalaya desde la que dominar la carretera.

Con esta nueva mirada delantera se parece más a sus hermanos de gama. Por tamaño, se sitúa por delante del Renegade y por detrás del Cherokee y del Grand Cherokee.

La vista lateral es más parecida a la del modelo al que sustituye, mientras que donde se diferencia más -lo que le hace más atractivo que antes- es en la zaga.

La de la anterior generación era más redondeada y le quitaba carácter al coche, mientras que la nueva le da más presencia.

Las luces traseras y la matrícula están en una posición más elevada y le aportan solidez al conjunto.

También atraen las miradas los pasos de ruedas trapezoidales, en un vehículo que mide 4,39 metros de largo, tiene una anchura de 1,81 metros, una distancia entre ejes de 2,63 metros y una altura de 1,64 metros.

Si se le compara con sus más directos competidores, no es de los compactos más bajos ni más ligeros del mercado, lo que incide en su consumo.

La marca le ha homologado un gasto de combustible de 5,7 l/100 km, que en la prueba realizada por Efe ha sido de 7 l/100 km, una cifra más en consonancia con un vehículo que supera los 1.600 kilos de peso.

Para evitar que su tamaño y altura pueda jugar malas pasadas en curva o en paradas de emergencia, el sistema de frenos actúa con determinación y sin brusquedad, lo que viene acompañado de una dirección que transmite con rapidez y fiabilidad lo que acontece debajo del carenado y con una tracción total que actúa con fidelidad tanto en vías secundarias como en autovía.

La suspensión que monta se caracteriza por ser blanda, algo que puede llegar a notarse dentro del habitáculo si se superan diversos obstáculos continuados, aunque sustenta bien la carrocería en vías con muchas curvas y amortigua los balanceos en los giros pronunciados.

Para una conducción más segura tanto en campo como en carretera, el Compass dispone de los sistemas 4x4 Jeep Active Drive y Jeep Active Drive Low, que incluyen el sistema Jeep Selec-Terrain, que ofrece cuatro modos predeterminados: Auto, Snow (nieve), Sand (tierra) y Mud (barro).

Cuenta también con la función 4WD Lock, que bloquea la tracción 4x4 permanente mediante el mando del Selec-Terrain cuando salimos al campo y las cosas se ponen más difíciles.

Otra de las características por las que destaca este modelo es por la incorporación del Jeep Skills, que proporciona indicadores específicos para la conducción todoterreno y que permiten a los conductores monitorizar su rendimiento en las rutas fuera de la carretera.

Tanto en conducción on road como off road el motor responde con brío a las entregas de potencia solicitadas por el conductor. El par máximo es de 350 Nm y está disponible desde las 1.750 rpm.

En su interior el Compass destaca por la altura a la que está situado el salpicadero, así como por la comodidad de los asientos delanteros que son calefactados.

El panel de instrumentos del conductor cuenta con una pantalla LED de información de 7 pulgadas que muestra el tacómetro, el consumo instantáneo y la autonomía del depósito de combustible, entre otros elementos.
El conductor además dispone de un equipo de sonido premium y el sistema de infoentretenimiento Uconnect 8.4 NAV es compatible con Apple CarPlay y Android Auto.

En las banquetas traseras, los ocupantes de las plazas laterales podrán disfrutar de espacio para las piernas y los hombros, mientras que el que vaya situado en la plaza central no irá tan cómodo, como sucede en la mayoría de los vehículos.

Con un conductor de 1,75 metros, el ocupante que se sitúe detrás de él no tendrá problemas para colocarse cómodamente.

El maletero cubica 438 litros, una cifra algo menor si se compara con los competidores a los que se enfrenta este SUV compacto.

En cuanto a las ayudas a la conducción, algo que se echa en falta en esta versión es la incorporación de la cámara de asistente de aparcamiento trasero, debido a las dimensiones del mismo; así como el detector del ángulo muerto, que se puede obtener opcionalmente.

Esta versión del Compass monta el aviso de colisión frontal, la salida de carril, el control de crucero adaptativo y el control eléctrico de estabilidad con mitigación electrónica de balanceo.

En definitiva, esta segunda generación del Jeep Compass con motor diésel 2.0, tracción total y transmisión automática secuencial de nueve velocidades es una buena opción tanto para los urbanitas como para los amantes de los espacios abiertos.

Su precio (38.330 euros) le sitúa en la parte media frente a los competidores a los que se enfrenta, siendo la mayoría de ellos de marcas premium, algo a tener en cuenta para decantarse por esta versión.

Entre los puntos a favor sobresalen la potencia del motor, que, unida a la tracción total, le confiere un mayor nivel de seguridad en la vía, así como el sistema de audio y la aplicación Jeep Skills, imprescindible para aquellos que quieran sacar un obtener un mayor rendimiento en su modelo norteamericano.
 

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