Girlhood es la definición del periodo en la vida de una niña-joven entre los o y 18 años. Así como el título de una estimable película que dirigió otra mujer, la francesa Céline Sciamma, en 2014, que tuvimos ocasión de ver en el SEFF. La que nos ocupa, ‘Lady Bird’, narra, en clave independiente y de comedia agridulce o dramática, la iniciación a la vida adulta de una chica que se hace llamar así, integrada en su contexto familiar, de lugar de residencia, educativo, social y amistoso.
Y a fe que esta protagonista es una suerte de alter ego de la actriz, directora y firmante del guión, Greta Gerwig -cosecha del 83, natural de Sacramento donde su personaje central vive y estudió, como ella lo hace en el film, en una escuela católica, hija de una enfermera… Para qué seguir- así que esta ópera prima tiene un componente autobiográfico innegable.
Lady Bird arranca con una frase, debida a Joan Didion, que es toda una declaración de principios: “Aquel que hable del hedonismo en California, nunca ha pasado una Navidad en Sacramento”. Como la que le comenta Lady Bird, Christine en realidad, a su madre en el arranque del filme : “Odio California, quiero vivir a través de algo, quiero ir a la Costa Este, donde está la cultura”. Eso se lo dice a su madre cuando ambas lloran a lágrima viva en una de sus actividades comunes favoritas en el coche, escuchar en la radio un fragmento de Las uvas de la ira, de John Steinbeck.
Escenas de este tipo son las que hacen que esta no sea una película indie más de adolescentes desubicadas e inquietas. Transmite vida, alma y credibilidad tanto en su forma como en su fondo. Nada resulta impostado, ni tampoco artificiosamente espontáneo. Por el contrario, es diferente, emotiva y singular.
Revela el desencuentro de una madre y una hija que se adoran, pero que chocan, debido al afán de su progenitora por conservarla e imponerle sus puntos de vista en el año de gracia de 2003.Y también las amistades, ciertos desclasamientos, las traiciones, las deslealtades, la educación católica pero no oscurantista, la autocrítica, el perdón…
…Los estudios, el trabajo, las aspiraciones artísticas y educativas, antes que amorosas, aunque también haya romances. Pero no son prioritarios Todo ello, en el contexto de un modo de vida en el que solo el dinero puede lograr ciertos sueños. El acceso a la vida adulta con un bagaje complejo, si bien desequilibrado, cuya escala de valores no coincide con otros filmes indies más superficiales.
94 minutos de metraje. La fotografía, matizada y luminosa, se debe a Sam Levy y la música, que subraya y no se impone, a Jon Brion. Entre su excelente y atractivo reparto -Laurie Metcalf, Lucas Hedges, Timothée Chalamet…- destaca una espléndida Saoirse Ronan. 2 Globos de Oro y 5 nominaciones a los Oscar son algunos de sus avales.
Véanla y háganlo cuanto antes. Es un consejo.