Aciaga segunda noche para el litoral roteño con más daños producidos por el temporal de viento, mar y lluvia a las infraestructuras costeras y a las playas. El delegado de Playas y Medio Ambiente, Manuel Jesús Puyana, ha realizado esta mañana una nueva evaluación del estado del litoral para encontrarse con lo peor imaginable.
El temporal ha terminado de destrozar todo lo que aún quedaba, incluyendo accesos y pasarelas de madera entre playa y pinares, como se puede ver en las imágenes con las que se ilustra esta noticia. Miradores, accesos, material instalado en playa para la temporada media,... las playas roteñas se han quedado sin accesos disponibles en este momento. Una situación complicada que ha obligado a cerrar todos los accesos por seguridad, con vallas de tráfico para evitar percances y que el propio delegado ha pedido se respeten para que no se produzcan incidentes. Habrá que esperar al final del día para valorar los daños en su totalidad, ya que se esperan como ayer mareas excepcionalmente altas, con un coeficiente de 106, que pueden tener nuevas consecuencias. La pleamar se espera en torno a las 15:40 horas, momento en el que hay que extremar la precaución en la cercanía a la playa, según se recomienda desde el Ayuntamiento. Presumiblemente esa subida del agua producirá nuevos daños inevitables.
Las redes sociales se están haciendo eco desde ayer de las consecuencias de este temporal que ha dejado imágenes impactantes. La gruesa capa de arena que cubre ahora el paseo marítimo litoral, los destrozos causados en las pasarelas, que no han podido resistir los embates del mar y el viento, o el fortísimo oleaje rompiendo en pleno paseo han sido retratados y compartidos de forma constante en redes. La alerta amarilla se mantiene en principio, y hasta nueva orden, durante toda la jornada de hoy, aunque se espera que amaine sus efectos a partir de mañana sábado. La lluvia, sin embargo, nos acompañará durante algunos días más.
Habrá que esperar para conocer la valoración económica de los daños y cómo se va a proceder para subsanar las infraestructuras que se han destrozado.
