Este martes ha sido materializado el traslado de los usuarios de la residencia de grandes dependientes de Montequinto, en Dos Hermanas (Sevilla), a las nuevas instalaciones del centro Huerta Palacios de dicha zona de la ciudad nazarena. Mientras este traslado arrastra años de debate público y político, así como múltiples movilizaciones, la delegación de la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales en Sevilla señala la "proximidad" territorial de ambos centros y defiende que los usuarios pasan de unas instalaciones con 27 años de antigüedad, a otras nuevas y plenamente adecuadas.
La delegada territorial de la Consejería, María Ángeles Fernández, ha recordado que "el antiguo edificio de la residencia contaba con una antigüedad de 27 años, necesitando de reparaciones continuas, además de presentar dificultades en el cumplimiento de la normativa que regula la autorización de Centros de servicios sociales".
En paralelo, ha defendido que "el nuevo centro tiene una capacidad para 134 plazas y dispone de 215 profesionales de efectivos reales entre personal laboral y funcionario". Así, ha indicado que el traslado se realiza a "unas adecuadas instalaciones, completamente nuevas, que van a facilitar la estancia a los usuarios y van a generar al personal que presta sus servicios en el centro unas condiciones considerablemente mejores en el desempeño de su labor, que sin duda redundará en la calidad de la atención que prestan".
"El nuevo centro tiene su ubicación dentro del entorno urbano, lo que también supone una integración plena de sus residentes en la comunidad vecinal, pudiendo disfrutar de los equipamientos urbanos que existen en su entorno, como espacios comunitarios y de ocio o zonas verdes, por ejemplo".
Además, la delegada ha señalado que "previamente al traslado, se han realizado diversas actuaciones en el nuevo edificio con el fin de adaptarlo a la normativa técnica y sectorial, a la accesibilidad y a la correspondiente autorización de los centros garantizando una mayor calidad para personas usuarias y trabajadores y trabajadoras".
"La proximidad de los centros mantiene territorialmente la oferta residencial, permitiendo atender la demanda actual y futura, además de significar un sustancial salto de calidad en la atención que se presta a las personas mayores residentes y a sus familiares", sostiene Fernández.
