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El Puerto

Las obras de Pozos Dulces complican otra Navidad más

Estar “encerrados” entre obras y espacios de complicado acceso consideran que no les beneficia, por segundo año consecutivo

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  • La obra de Pozos Dulces -

Afinales del año pasado comenzaban las obras del aparcamiento subterráneo de Pozos Dulces, y los preparativos de esa obra que se alargó en el tiempo debido a la larga espera porque el equipo de Gobierno retrasó la aprobación de la licencia urbanística, provocó las primeras reacciones, en forma de queja, de los comerciantes de la zona, que este año se vuelven a lamentar de que tendrán que “aguantar”, por segundo año consecutivo, las obras y las “molestias” que suponen los trabajos.


En estos momentos que la zona, remodelada y con un aparcamieno subterráneo, pueda dar un plus a sus establecimientos no es “un consuelo” para los comerciantes que ya vaticinaron que estas obras les resultarían “molestas” y serían un problema a la hora de cuadrar las ventas de final de año, y que resultó un anunció que después se confirmó.


Por ello, este año se vuelven a quejar, de forma anónima, de que “las obras nos quitan clientes, porque nuestros negocios están totalmente tapados, invisibilizados”. Y es que “a algunos no se nos ve. Si la gente sabe que estamos aquí, genial, pero si no lo tenemos complicado. Y los problemas que hay para aparcar hacen que la gente no se anime a venir hasta aquí. Estamos en tierra de nadie”. Es un hecho, apuntan, “que eliminará el parking, pero mientras llega y no, es muy complicado seguir sacando la cabeza fuera del agua, porque cada vez la tenemos más al cuello, y eso no puede ser”.


De forma continuada, los comerciantes aseguran que el equipo de Gobierno formado por PSOE e IU no ha “sabido o querido gestionar de forma adecuada estas obras. Se podría haber hecho un planteamiento distinto, de modo que estas obras no nos hubieran afectado dos navidades consecutivas”. Esperan “que no haya una tercera, porque entonces es cuando ya no sabemos cuáles serán nuestras pérdidas”. Los comerciantes siguen pensando que la primera Navidad la zona de Pozos Dulces podría haber estado abierta al tráfico y tal cual se recordaba, y no “patas arriba, dando una mala sensación, con muy poca actividad (en relación a la obra)”, que no empezó hasta después, “y que nos habría ahorrado los quebraderos de cabeza de 2016”.


Y es que, los comerciantes saben que tienen que lidiar con las obras para contar con un aparcamiento que “va a acabar con el problema de aparcamiento” existente no solo en la zona, sino en gran parte del centro de la ciudad,


Si hay tres épocas “fuertes” para los comerciantes a lo largo del año, especialmente de esta zona del centro de la ciudad, son la Navidad, la Motorada y el verano. “Y nos han borrado una de ellas de un plumazo. Es difícil llegar desde verano hasta la Motorada, porque no podemos contar con la Navidad para hacer números positivos”.

Vecinos


Los vecinos de la zona no tienen mejor sensación de estas obras, trabajos que les parecen “inacabables”. Aunque los residentes son conscientes de que tienen que pasar unos 24 meses aproximadamente, si no hay retrasos, para que esta obra pueda finalizar, “hay días que se hacen muy complicados, sobre todo cuando estás en casa varias horas seguidas y tienes que aguantar las máquinas, los gritos de los obreros, los camiones, etc”, explica Ana F. Además, “es complicado que los niños puedan dormir desde que arrancan por la mañana la jornada, lo que altera el sueño de los pequeños y nos vuelve locos a los mayores”.


Además, lamentan que en el horizonte les queda “otro verano con ventanas cerradas para que no entre el polvo o los ruidos”. Aunque son conscientes de que “quedan meses por delante, ya nos ponemos en lo peor, porque ya hemos pasado un verano así y nos tememos lo peor”.


Con respecto a la época navideña, los residentes se sienten apenados de que otro año vean su zona “triste, apagada, como gris, porque no se puede poner alumbrado, ni darle color este lugar, y nos da pena que no nos podamos permitir una Navidad bonita”. Además, unen fuerzas con los comerciantes, porque consideran que “no es justo que esta zona no invite a venir, ni a acudir a los locales que hay aquí, que son buenos y de calidad y que se están viendo afectados”.


Y es que, hay establecimientos que están a pie de la obra, sobre todo en uno de los espacios en los que se trabaja en la actualidad, y que solo se encuentran oxigenados por un pasillo peatonal que en algunos tramos no permite ni el paso de dos personas a la vez o un carrito de bebé o silla de ruedas.
Además, las señalización también supone quejas, porque hace falta que se pinten los pasos de peatones, los sentidos de la antigua N-IV, etc y que afecta a la circulación y a los peatones.

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