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La furgoneta-bomba estaba cargada con al menos 200 kilos de explosivo

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La furgoneta-bomba que ha estallado esta madrugada junto a la Casa Cuartel de la Guardia Civil de Burgos, estaba cargada con al menos 200 kilos de explosivo, probablemente amonitol, han informado a EFE fuentes de la investigación, que no descartan que la cantidad pueda ser aún mayor.

Las mismas fuentes han explicado que ha sido un "auténtico milagro" que no se hayan producido víctimas mortales entre las familias de los guardias civiles que dormían en sus casas en el momento de la explosión del vehículo, una Mercedes Vito.

La explosión que ha dejado un enorme cráter de siete por dos metros ha dañado hasta siete plantas de las catorce con la que cuenta las dependencias del instituto armado, lo que da una idea de la potencia del artefacto.

A ello se une el hecho de que el lugar en el que los terroristas de ETA han estacionado la furgoneta es un aparcamiento abierto, "sin reflejos de onda", que puedan amplificar el efecto destructor de la explosión.

Por el momento se desconoce la composición exacta del material explosivo, aunque se baraja la posibilidad de que pueda tratarse de amonitol, un explosivo de efecto devastador utilizado por ETA en al menos cuatro ocasiones desde el año 2008.

El amonitol, de manejo extremadamente delicado y de alto poder destructivo, es una mezcla de amonal -nitrato amónico y polvo de aluminio- al que se le añade nitrometano, un aditivo utilizado como potenciador en los combustibles de aeromodelismo.

ETA comenzó a experimentar con este nuevo explosivo a finales de 2007, después del robo de 2.000 litros de nitrometano en Francia en en octubre de ese año.

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