Los trabajadores del centro penitenciario de Albolote (Granada) preparan nuevas movilizaciones en protesta por su situación laboral después de que denunciaran "represalias" por parte de la dirección con la que han roto el diálogo sobre distintas cuestiones que afectan al funcionamiento de la cárcel granadina.
Así lo han indicado a Europa Press fuentes sindicales que han detallado que el primero de estos actos reivindicativos será el próximo martes 14 de marzo en una concentración frente a Subdelegación del Gobierno para la que ya han pedido el correspondiente permiso y que será convocada por los sindicatos UGT, CCOO, CSIF, Acaip y APFP de funcionarios de prisiones.
Los sindicatos decidieron esta nueva fase de movilizaciones la última semana de febrero, en una asamblea general celebrada después de que no acudieran a la reunión sobre el calendario laboral y, en consecuencia, la dirección disminuyera "el número de funcionarios de vigilancia que puedan disfrutar de sus vacaciones y días de permiso, repitiendo lo que ya hizo en el año 2015".
También decidieron no participar en el Comité de Seguridad y Salud Laboral "porque no representa un foro de debate y consulta, sino únicamente de imposición de posturas adoptadas por la dirección".
Ante ello los sindicatos consideran que se "intenta desviar la atención de un problema" como es que "la precariedad laboral de los funcionarios de la prisión es debido a la masificación y sobre todo a la alarmante falta de personal, que según datos de la propia dirección durante el año 2017, está previsto se jubilen 16 funcionarios y tienen la opción de pasar a segunda actividad 56".
"Con estos datos, sumados al déficit existente (85 entre funcionarios y personal laboral), provoca que la situación actual sea de extrema gravedad", advirtieron para pedir que la dirección del centro penitenciario y la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias "asuman su responsabilidad".
Esa misma semana, la plataforma sindical del penal de Albolote denunciaron la "brutal agresión" a tres funcionarios por parte de un interno del módulo de aislamiento, departamento destinado a internos peligrosos que, según afirmaron, está en la actualidad "al máximo de su capacidad".
El incidente se produjo cuando el interno que se encontraba disfrutando de su tiempo de patio requirió la presencia de los funcionarios y, "sin mediar palabra, se abalanzó sobre uno de ellos golpeándole en reiteradas ocasiones en la cara y cabeza, de una forma tan brutal que a consecuencia de los puñetazos empezó a sangrar".
Al intentar reducir al interno, los otros funcionarios recibieron puñetazos, patadas e incluso bocados; tras lo que a uno de ellos "se le tuvo que inmovilizar un brazo, además de recibir varios golpes por el cuerpo", mientras que otro trabajador "tuvo que ser atendido con fuertes dolores en la parte de las costillas".