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Jerez

“Todavía falta cultura de mediación en la provincia”

Miguel Ángel García, trabajador social en ‘Mediados Jerez’, destaca la necesidad de la prevención para evitar y atajar posibles conflictos

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  • Miguel Ángel García -

Miguel Ángel García Sánchez, graduado en trabajo social y Máster en gestión de conflictos a través de la Mediación por la Universidad de Cádiz, sabe lo que es aportar soluciones a los problemas que ocurren en las relaciones humanas, especialmente con colectivos de personas en riesgo de exclusión e inmigración, así como en la mediación en colaboración con diversas entidades jerezanas de este ámbito.
Esta experiencia previa le ha llevado a emprender en este municipio a través de ‘Mediados Jerez’. Se trata de un servicio de mediación en diferentes áreas (familiar, escolar, comunitaria, empresarial...) como alternativa a la vía judicial para la resolución de conflictos. El análisis de su bagaje en este campo le lleva a afirmar que “todavía falta cultura de mediación en esta provincia”.

Por esta razón, entre otras, ha abierto una línea de formación en diversos aspectos relacionados con la gestión eficiente de las relaciones y la resolución de conflictos (mediación, comunicación asertiva, gestión de grupos humanos...) y con la creación de “una cultura de paz y la no violencia”. “La mediación es una herramienta de resolución de conflictos en la que un mediador interviene de forma voluntaria entre las partes y habilita espacios en los que las personas puedan llegar a puntos en común y resolver de manera más eficiente y con un beneficio mutuo la situación conflictiva que se dé”, explicó a este periódico.
Una de las especializaciones de Mediados, según García, es la familia, ya sea entre parejas, o entre padres e hijos.

“Intentamos siempre, ya que el entorno familiar está siempre contaminado de formas de hablar, y de situaciones que ya se encuentran bastante cargadas, establecer un momento, cada cierto tiempo, en el que puedan comunicarse, que puedan expresarse respetándose los turnos y las formas, y que puedan hablar de manera objetiva y buscando entre ellos soluciones”, precisó.
Otra pata es la mediación escolar, para lo que ya están teniendo contactos con distintos centros y con instituciones como el Ayuntamiento de Jerez, y así ofrecer programas en los que los propios alumnos, incluso en ocasiones con la participación del profesorado y familiares, den solución a conflictos ocurridos en clase.

No obstante, aún quedan problemas fuera de las aulas, y los grupos juveniles no son ajenos a ello.
García resalta la colaboración emprendida con colectivos como el Movimiento Scout Católico. “Se trabaja mucho un concepto que se llama provención, una mezcla entre porvenir y provenir, y es trabajar la fase previa para que esas personas tengan los recursos suficientes”, comenta.  El mediador incide igualmente en estar atento a los pequeños detalles, aunque éstos sean pequeños conflictos de convivencia entre menores, por ejemplo, para evitar problemas mayores.
En resumen, la idea de García es, en términos generales, hacer de los conflictos, “nuevas oportunidades”.

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