María se afana en colocar la compra de hoy en la cocina. Vive “al día” y el menú de la jornada depende de los pocos euros que saque con la venta ambulante “de calcetines o ropa interior”. “Si sacas diez euros, pues diez, si sacas veinte, pues gloria y otros, sin un duro”, explica. Al menos, asegura, ella y su padre, con problemas de corazón, ya no tienen que vivir en la calle. Hace tres años la desesperación les llevó a ocupar una vivienda en un bloque que llevaba ocho años vacío en la barriada de Bailén-Miraflores.
Un inmueble ahora propiedad de la Sociedad de Gestión de Archivos Procedentes de la Reestructuración Bancaria, la Sareb o banco malo, con el que están negociando un alquiler social que aleje la amenaza de desalojo con la que viven desde entonces. Desempleada, ella es una de las nueve familias, con diez menores, que habitan la conocida como “Corrala La Suerte”.
La ocasión de meterse dentro del bloque fue algo casual, que no buscaron, según narra. “Una amiga, que dormía en el coche con sus dos niños, y yo llorábamos cerca de aquí, cuando un señor nos preguntó, al conocer nuestra situación nos dijo que el bloque estaba vacío”, dice. Lleva años registrada como demandante de una vivienda social, pero admite, que “para que te toque, es como la lotería”.
Ahora, se muestra esperanzada en el prometido alquiler social. “No tengo trabajo, ni cobro ninguna ayuda, pero le doy gracias a Dios porque ha traído aquí a este bloque gente verdaderamente necesitada, nos ayudamos entre nosotros y los propios vecinos del barrio han firmado para que no nos echen”, dice. Reconoce que no todos los que ‘pegan la patada’ lo necesitan verdaderamente pero insiste en que no paguen “justos por pecadores”. El miércoles deberá rendir cuentas ante la justicia, tras dos aplazamientos del juicio, por la ocupación pero, ahora, dice “ve un rayo de luz”. “Nunca nos hemos negado a pagar, queremos tener un techo digno, como todas las personas”, pide.
Convocan concentración en apoyo este miércoles en el juicio
Stop Desahucios convoca una concentración en apoyo a la “Corrala La Suerte” este miércoles, 27 de enero, a partir de las 10 de la mañana a las puertas de la Ciudad de la Justicia de Málaga con motivo del juicio contra tres de las mujeres que ocuparon el inmueble en 2013. Apenas cuatro o cinco días después de que accedieran al interior de las viviendas, la Policía se personó en el edificio y las identificó. Pasaron la noche en el calabozó y, a su salida, regresaron a las casas.
El banco malo y la fiscalía, personados como acusación, piden para cada una de ellas una multa de 720 euros por un delito de usurpación. La vista se ha aplazado ya hasta en dos ocasiones. En esta tercera vez, de nuevo, contarán con el respaldo de activistas y movimientos locales en defensa del derecho a la vivienda que reclamarán un final feliz para estas familias sin recursos.
