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"Historias de Filadelfia", la elegancia de los 75 años

Tres grandes actores -Katharine Hepburn, Cary Grant y James Stewart- y un magnífico director -George Cukor- se juntaron hace 75 años para crear un clásico de la comedia

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  • Un clásico inolvidable

Tres grandes actores -Katharine Hepburn, Cary Grant y James Stewart- y un magnífico director -George Cukor- se juntaron hace 75 años para crear "Historias de Filadelfia" un clásico de la comedia que sigue rezumando estilo y sofisticación en su precioso blanco y negro.

Tras un enorme éxito como obra de teatro en Broadway, "Historias de Filadelfia" saltó a la gran pantalla por el empeño personal de Hepburn, que ya había protagonizado la historia sobre las tablas y que recibió los derechos para su adaptación cinematográfica como un regalo por parte de su entonces pareja, Howard Hugues.

La actriz se dio cuenta de que la obra podría ser el éxito que se le resistía en el cine, donde había cosechado una serie de fracasos encadenados -entre ellos un filme hoy considerado otro gran clásico, "La fiera de mi niña"- por los que se la calificaba de "veneno de taquilla".

Pero estaba convencida de que "Historias de Filadelfia" era el guión perfecto para recuperar el favor del público, así que vendió los derechos a la Metro-Goldwyn-Mayer por poco dinero a cambio de ser la protagonista, ya que los estudios rechazaban en principio que lo fuera.

Además, la actriz se reservó el derecho de veto a sus compañeros de reparto, director e incluso guionista.

Los elegidos para acompañarla fueron dos grandes estrellas, Cary Grant y James Stewart y como director a su amigo George Cukor, con el que Hepburn ya había trabajado en cuatro películas.

Pero el trabajo más complicado, el de adaptar la notable obra de Philip Barry, recayó en Donald Ogden Stewart, que hizo una labor impecable por la que ganó el Óscar.

Ogden supo transformar la obra en una historia puramente cinematográfica manteniendo su espíritu, sus diálogos irónicos y divertidos y la extravagante personalidad de la protagonista, Tracy Lord, que se ajustaba a la perfección a la de Katharine Hepburn.

Hepburn compartía con su personaje el pertenecer a una familia acomodada y su carácter altivo, independiente y caprichoso.

Un paralelismo que debió facilitar la interpretación de la actriz, pese a que era conocida por prepararse sus papeles hasta el más mínimo detalle, sin dejar espacio a la improvisación.

En cualquier caso, el resultado de su trabajo y del de sus compañeros es una historia fresca y divertida, en la que todos los elementos funcionaban como un mecanismo perfectamente engrasado, en el que ni falta ni sobra nada.

La premisa es ya un enredo: una rica heredera (Lord/Hepburn) se divorcia de su marido (C.K.Dexter/Grant) y poco después está a punto de casarse de nuevo con George Kittredge (John Howard). Y por la casa se pasean dos periodistas que van a cubrir la boda para la revista Spy: Macaulay Connor (Stewart) y Elizabeth Imbrie (Ruth Hussey).

También la extraña y divertida familia de la novia: su tradicional madre, su tío Willie o su hermana pequeña, la imprevisible Dinah.

Una historia que se complica porque Tracy y Dinah hacen pasar al tío Willie por su padre; porque Elizabeth está enamorada en secreto de Connor y, principalmente, porque la boda que se aproxima se desvela como un gran error.

Personajes que entran y salen continuamente de las escenas y que enriquecen una comedia que es uno de los más puros ejemplos de lo que el humor y la inteligencia unidos pueden dar de sí en la gran pantalla.

La película se estrenó en 26 de diciembre de 1940 en Nueva York y fue un éxito inmediato, relanzando la carrera de Hepburn y asentando las de Grant y Stewart.

Fue nominada a seis Óscar: mejor película, director, actor y actriz protagonistas, secundaria y guión, pero solo los lograron James Stewart y el guionista, Donald Ogden.

Hepburn, que había ganado la estatuilla en 1934 por "Morning Glory" y que logró su tercera nominación, lo perdió frente a Ginger Rogers, que se hizo con el premio por "Espejismo de amor", una película que ella había rechazado protagonizar.

Pero 75 años después, "Historias de Filadelfia" y Katharine Hepburn ocupan un lugar mucho mayor en la memoria de los cinéfilos.

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