La marca smart, propiedad de Daimler, ha optado por un nuevo socio para desarrollar la segunda generación de sus modelos fortwo y forfour, pero no ha variado los principios del concepto de coche que quiere para ciudad: pequeño, con espacio suficiente para los ocupantes y el equipaje, alegre y vistoso, y maniobrable.
La francesa Renault ha sido la compañía automovilística que ha elegido Daimler para esta segunda generación en detrimento de la japonesa Mitsubishi. Hay que apuntar que la asociación entre Daimler y la Alianza Renault Nissan colaboran en otros muchos proyectos, trece hasta el momento.
Twingo, por Renault, y fortwo (para dos) y forfour (para cuatro personas), por smart, son en esencia el mismo coche pero con diferencias exteriores e interiores de diseño, acordes con la imagen de cada marca.
Los motores para los tres modelos son los mismos. Son de gasolina -no se espera una versión diésel- de tres cilindros, con una cilindrada que no llega al litro y con una potencia de 71 y 90 CV.
Como hecho diferenciador en su segmento de mercado, los motores de estos tres modelos van ubicados en posición trasera, lo que determina la tracción trasera.
En esta ocasión, el modelo protagonista de esta prueba dinámica es el forfour con acabado Passion, el más bajo de la gama, y con el propulsor de 71 CV.
La primera línea de definición de este tres cilindros básico es la del ruido. La rumorosidad se percibe nada más hacer la puesta en marcha del motor y cuando se está en marcha es algo mayor. De lo que carece, como ya está siendo habitual en las últimas generaciones de tres cilindros, es de vibraciones, de las que se transmiten al conductor por la palanca de cambios y los pedales.
La potencia de 71 CV es suficiente para ciudad, en la que, con la caja de marchas manual de cinco relaciones, se circula con fluidez y las salidas desde parado pueden llegar a contener agilidad.
Las reducidas medidas del modelo facilitan las maniobras en el tráfico urbano, además de las búsquedas de las siempre difíciles y escasas plazas de estacionamiento.
El radio de giro, de algo menos de 9 metros, facilita notablemente las maniobras de estacionamiento y, sobre todo, la evolución en las reducidas calles europeas.
El smart forfour es un coche fácil de conducir, al que, por vocación, los conductores que le elijan no le van a buscar los límites, porque lo que quieren es un compañero motorizado que les lleve y les traiga de la forma más eficiente y cómoda.
En el caso de la versión probada va equipada con el paquete deportivo opcional, compuesto por unos neumáticos de medidas 185/50 R16 delante y 205/45 R16 (de serie 165/65 R15 delante y 185/60 R15 detrás) y una suspensión más firme que reduce la distancia al suelo en 1 centímetro.
Con este equipamiento el coche parece una tabla y copia el mal estado del suelo con mayor energía de la deseada. La firmeza ayuda a la evolución dinámica del coche en los giros, pero es difícil encontrar buenos asfaltos en las ciudades, de modo que su lado negativo está en una clara penalización del confort.
Este smart para cuatro muestra una dirección de asistencia eléctrica muy asistida, con lo que el coche es muy sensible a los movimientos de mano del conductor.
Los frenos de este fourfour tienen un tacto algo esponjoso y no se muestran propensos al sobrecalnentamiento bajo estilos de conducción exigentes con las capacidades del coche.
En una comparación del nuevo forfour con el modelo de la primera generación lo primero que cambia, además del diseño exterior e interior, son las medidas.
El que está ahora a la venta es más corto (26 centímetros) que el anterior, más estrecho (2 centímetros), pero más alto (10 centímetros).
Con estas proporciones está garantizada la visibilidad y la maniobrabilidad en espacios cortos o angostos.
Como es habitual el color es distinto para la célula de seguridad tridion (gris en este caso), nombre con el que se distingue la parte estructural del resto del coche, y los 'bodypanels' o paneles de carrocería en blanco.
Los diseñadores de smart denominan al forfour "volumen y medio", en el que el capó delantero más elevado hace que el smart parezca más deportivo.
El logotipo smart renovado y mucho más grande situado en el centro de la parrilla llama la atención. En la parte delantera también se llevan todo el protagonismo los faros con forma de rombo y con una iluminación diurna de led que recrean una U.
La vista lateral del forfour muestra los mismos elementos que la del fortwo, aunque además de la puerta adicional presenta una célula de seguridad tridion más larga.
La línea del techo del forfour desciende hacia la zaga, al estilo de como se remata en una carrocería de corte coupé.
El interior es muy vistoso y colorido. Transmite más una sensación de modernidad industrial que de calidad. En la unidad probada los plásticos que recubren parte del salpicadero, el equipo de música y la palanca de cambios van acabados en blanco, un color que contrasta, y mucho, con el negro que domina en el resto.
Esta combinación colorida se repite en la tela de los asientos, que en el caso de conductor y copiloto integran el reposacabezas en la banqueta.
La posición del conductor es algo elevada y, en parte, similar a la de un monovolumen. Esta posición, además de mejorar la confianza al tener una mejor visibilidad de lo que sucede en el entorno, es propicia para una entrada y salida más confortable del coche, porque evitar bajar la cadera.
Desde el puesto de conducción todo queda a mano. Los mandos de los elevalunas eléctricos delanteros hay que buscarlos en la puerta del conductor y no muy ergonómicamente. Su accionamiento en marcha obliga a los conductores altos a doblar notablemente el brazo para poder bajar o subir el cristal de su puerta.
En suma, smart ha vuelto a hacer un coche compacto y manejable para la ciudad, que es más funcional que el fortwo porque está homologado para cuatro pasajeros.