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Cientos de demandantes de asilo son liberados de centro de detención israelí

Las ONG que llevaron el caso a los tribunales no consiguieron, sin embargo, que el tribunal aceptara ninguna otra de sus peticiones sobre una enmienda que la Corte considera constitucional

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Cerca de 600 solicitantes de asilo provenientes de África serán liberados a lo largo de la jornada de hoy del centro de detención en el que permanecían retenidos al sur de Israel, en cumplimiento de una decisión del Tribunal Supremo.

Según confirmaron testigos, cientos de demandantes de asilo comenzaron a salir desde primera hora de la mañana de las instalaciones del centro de Holot, en el desierto del Néguev, después de que nueve magistrados del Tribunal Supremo limitaran dos semanas atrás a 12 los meses que un inmigrante ilegal puede ser detenido en este tipo de centros.

Con su decisión, los jueces anularon por considerar desproporcionada una de las cláusulas de la Tercera Enmienda a la ley de inmigración -conocida como Ley de Prevención de Infiltraciones- que permitía retener hasta 20 meses a una persona que había sido arrestada por residir de manera irregular en Israel y que fue criticada por organizaciones de derechos humanos.

Las ONG que llevaron el caso a los tribunales no consiguieron, sin embargo, que el tribunal aceptara ninguna otra de sus peticiones sobre una enmienda que la Corte considera constitucional.

En los próximos días se espera que un total de 1.178 demandantes de asilo político, en su mayoría eritreos o sudaneses, sean liberados bajo la condición impuesta por el Ministerio israelí de Seguridad Pública de no ir a ciudades como Tel Aviv o Eilat, donde la presencia de inmigrantes africanos es muy elevada.

Holot, que cuenta con unas 3.000 plazas, se ha convertido en la residencia de casi 2.000 personas procedentes de África que llegaron con la esperanza de ser reconocidos como refugiados políticos.

Pero, según denuncian, Israel les trata como a inmigrantes ilegales y se niega a darles la condición de refugiados a pesar de ser firmante de las convenciones internacionales sobre asilo político.

Organizaciones de defensa de los derechos humanos y los propios internos han criticado ampliamente este tipo de centros, llegando a calificarlos de "prisión abierta" ya que pueden salir de las instalaciones pero deben registrarse tres veces al día -por la mañana, mediodía y noche-, dificultando la normalización de su situación.

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