El concejal de Medio Ambiente, Miguel Alconchel, ha informado este mediodía que se han recogido 3.783 quintales castellanos (174.018 kilos) de corcho en la finca municipal de Murta, concretamente en la zona de ‘Los Tajos del Administrador’.
Los trabajos de descorche se han llevado a cabo desde el 24 de junio hasta el 23 de julio y los ha ejecutado la empresa portuguesa Corchera Floresta Virgem S.L.; empresa que ganó el concurso de aprovechamiento forestal del corcho. Hay que recordar que se fijó una licitación de 141.654 euros IVA incluido por el total del aprovechamiento anual de corcho en reproducción.
En estas tareas han participado 6 hachas, 3 arrieros y dos personas en el peso, “la normalidad ha sido la tónica en los trabajos, se ha cuidado mucho la arboleda en la extracción del corcho y en estos días la empresa está retirando todo el corcho”, apunta el edil de Medio Ambiente.
Alconchel ha añadido que “de nuevo este equipo de gobierno gracias a su gestión ha sabido sacar partido a esta actividad de aprovechamiento de nuestros recursos naturales, ello ha permitido de nuevo unos ingresos en las arcas municipales”.
El proceso comienza cuando el corchero extrae la corteza, que el recogedor carga sobre el mulo, conducido a su vez por los arrieros. Los pesadores recuentan y apilan las placas en el patio de corchas. El patio de corchas, situado junto a un carril forestal de la finca y donde se encuentra el peso, una estructura que asemeja a un trípode de más de dos metros de altura que sostiene a un rudimentario pero preciso peso: la romana.
Ese es el proceso artesanal y donde la dureza de esta labor se agrava al tener forzosamente que producirse en época estival, que es cuando el árbol únicamente permite quitarse la corteza, es periodo coincidente con la mayor actividad vital del alcornoque por causa de las temperaturas reinantes.
La actividad continúa una vez caídos los trozos de corcho alrededor del árbol, entran en acción los recogedores o arrecogeores, los más sacrificados obreros de estas faenas. Los recogedores apilan el corcho desperdigado y lo trasladan hasta el lugar al que llegarán los mulos procedentes del patio de corchas, situados al pie de carretera.
La labor más delicada en el descorche es la propia pela del árbol. Efectuada por los hachas o corcheros, propiamente dicho, buen trabajo depende luego la vida del alcornoque, la calidad de las panas o planchas y la cantidad de trozos y desperdicios que se generen.
