No se conocen, no han cruzado palabra en la vida, pero son primos de sangre y quiere llegar hasta ella para cumplir la última voluntad de su padre. El protagonista de la historia es Matías Massolo, un argentino de 20 años que en el mes de marzo decidió venir a Cádiz para buscar a su prima. Lo único que sabe de ella es que nació en Cádiz en enero de 1992, que probablemente continúe viviendo aquí, que tiene 23 años y que se llama Julia.
Su padre, fallecido hace unos meses, recibió un email en julio del año pasado de la madre de la criatura, donde se le hacía saber que hace 23 años tuvo una hija fruto de una relación con el hermano de éste. Esa relación se fraguó en Argentina, pero terminaron y ella decidió regresar a España. Su hermano nunca llegó a conocerla, “de hecho creo que no se enteró de que tuvo una hija y si lo hizo fue años más tarde, a nosotros desde luego nunca nos lo comunicó”, cuenta Matías todavía impactado por la noticia.
“Cuando mi padre se enteró de que tenía una sobrina se quedó sorprendido y quiso hacer algo por ella. Intentó buscarla pero no le dio tiempo. La conocemos físicamente por unas fotos que su madre envió a mi padre. Los datos que tengo son los que ella misma nos pasó. Sé que el bachillerato lo terminó en Cádiz, que es morena, de complexión delgada, y que cursó estudios relacionado con las ventas”.
Matías no sabe cómo la madre de su prima consiguió el email de su padre: “No descarto que lo localizase a través del facebook y que a partir de ahí se intercambiasen correos. Esa parte de la historia la desconozco por completo”.
El padre de Matías mantuvo en silencio este parentesco hasta noviembre. Antes de morir, le comunicó a su hijo que tenía una prima y le pidió que la buscara para hacerle llegar una serie de pertenencias que no ha querido detallar.
Matías permanecerá en Cádiz hasta el mes de junio cuando tiene previsto regresar a Argentina. Decidió contar su historia a Viva Cádiz “porque me había contado que en este periódico prestais atención a estos temas” y puso el ejemplo de la italiana Giuliana Piterá.
Su tiempo en Cádiz se agota, pero él confía en que su prima tenga el mismo interés que él en que se conozcan. A fin de cuentas, él no tiene nada que ver con lo que pudo haber pasado entre sus padres.
Ha pegado carteles por la ciudad y se ha movido todo lo que ha podido “pero el dinero es limitado y tampoco puedo invertirlo todo en esto. Mi esperanza es Viva Cádiz”.