El exárbitro onubense repasa con Viva Huelva su etapa en los terrenos de juego de Tercera división y en categoría nacional. Niega toda percepción de la sociedad en que se pueda comprar a un árbitro y se pregunta cómo puede seguir existiendo violencia en algunos partidos de prebenjamines o alevines en pleno siglo XXI. Admite que Huelva cuenta con 200 colegiados y anima a que esta cifra aumente en las próximas fechas, ya que jóvenes con 13 años pueden formar parte del Colegio de Árbitros de la provincia onubense.
Al exárbitro de fútbol onubense, Rafael Flores Ortega, le conocemos desde hace más de treinta años por su labor deportiva en esta actividad. Rafael consiguió pitar en categoría nacional, Tercera división y siempre destacó por ser ecuánime, oidor e inequívoco en esa décima de segundos en sus decisiones. Flores Ortega, en la actualidad, es el delegado provincial del Colegio de árbitros de fútbol de Huelva.
¿Muchos años en el mundo del arbitraje?
–Desde los catorce años. Recuerdo que viajaba con mi cuñado que era árbitro y asistía a los partidos que él pitaba. Lo acompañaba siempre y se me metió el gusanillo en el cuerpo.
¿Recuerdas el primer partido que pitaste?
–Debuté oficialmente en la Ciudad Deportiva de el Conquero con Luis Moreno Rull. Me sentí al principio muy nervioso pero también muy contento por la responsabilidad.
¿Cómo fue eso de hacerte cargo del Colegio de árbitros?
–Hace algunos años me lo ofrecieron, pero no deseaba el cargo para figurar y sí que la labor la hicieran otros. Ahora acepté porque pregunté que si el anterior delegado iba a continuar, me comunicaron que se marchaba y fue por eso por lo que acepté el cargo.
¿Algún partido que hayas pitado y que no olvidas?
–Cuando salí de auxiliar de banda debutando en Primera División, en una partido entre el Sabadell y el Osasuna, que dirigió el colegiado onubense, Caetano Bueno, adscrito al Colegio de Sevilla.
¿Cómo estás viendo el arbitraje en estos momentos?
–Lo veo desde dentro y observo la preparación física y teórica de los chavales. Visto desde otros niveles también es muy buena. Se viven unos momentos muy buenos en los colegiados.
¿Le das credibilidad a que se llegue a comprar a un árbitro?
–Nunca. Un árbitro cuando sale al campo lo hace concienciado y con toda la responsabilidad que asume.
¿La agresividad que se vive en estos momentos en la sociedad puede tener como válvula de escape el fútbol?
–Sí, veo algunos partidos de prebenjamines y de alevines de fútbol siete. Parece mentira que a estas alturas hayan padres que pierdan los papeles. En otras categorías el pasado año hubo un grave incidente, pero este año la cosa va bien.
¿Resulta complicado arbitrar en los escalafones inferiores?
–Es muy complicado. Igual que los jugadores aprenden, los árbitros también. Todos los domingos veo partidos y observo cómo los jugadores no ayudan a los árbitros y protestan continuamente mirando sus intereses.
¿A qué se debe que en estas categorías se invadan los terrenos de juego y se agredan a los jugadores?
–Pienso que la agresividad que llevamos dentro, por el más mínimo contacto entre dos jugadores, la echan hacia fuera y llegan a saltar al campo.
¿Qué juicio te merece la rivalidad entre los equipos?
–Siempre que sea buena suele ser beneficiosa. Es una manera de engrandecer este deporte para que asistan más aficionados a los terrenos de juego. De esta manera lo que triunfa es el fútbol, de la otra forma se vuelve peligrosa la rivalidad.
¿Con cuántos árbitros cuenta el colegio de Huelva?
–Actualmente contamos con unos doscientos árbitros repartidos entre las diferentes categorías.
¿Desde qué edad pueden entrar a formar parte del colegio?
–Pues desde los trece años hasta los cuarenta y siete, que es la edad tope en la que puede estar activo un árbitro.
¿Qué valoración le das hoy día al fútbol modesto?
–Veo que hay cada vez más equipos más integrados de jugadores de fútbol y eso se debe también gracias a que hay más licencias de fútbol por el buen trabajo que hace la Federación onubense de este deporte.
¿Es el fútbol la pasión de tu vida?
–Sobre todo el arbitraje y valoro más la labor que hice antes.
¿Si nacieras de nuevo volverías a ser árbitro de fútbol?
–Lo llevo en los genes desde los once años. Quiero agradecerte ahora que me das la oportunidad de que fuiste el periodista que me entrevistó tras mi retirada y el que me hace la primera entrevista como delegado del colegio de árbitros.