Al menos nueve inmigrantes subsaharianos fallecieron ayer ahogados al lanzarse al mar durante un asalto masivo a la frontera de Ceuta, protagonizado por unas 250 personas que esperaban en el lado marroquí para entrar en la ciudad.
El asalto se produjo a las 07:45 horas cuando los inmigrantes avanzaron hacia la frontera de Ceuta desde los montes de Marruecos próximos a la aduana fronteriza, lo que originó la rápida intervención de la Gendarmería marroquí.
Los inmigrantes se dividieron en varios grupos, de modo que muchos de ellos intentaron entrar a la carrera por la frontera mientras que otros se lanzaron al agua a la desesperada para huir de los agentes marroquíes.
Ninguno de los subsaharianos ha conseguido entrar en Ceuta, ya que todos ellos fueron contenidos por las fuerzas marroquíes que custodian el paso fronterizo.
A partir de ese instante se inició la recuperación de los cadáveres de inmigrantes, centrándose la misma en la playa marroquí donde ocurrieron los hechos, a pesar de que la Guardia Civil también desplegó un dispositivo de búsqueda en la playa ceutí del Tarajal, próxima a la frontera.
Las labores de búsqueda han permitido la recuperación por la Gendarmería marroquí de nueve cadáveres, entre ellos el de una mujer. Todos ellos han muerto ahogados, según el delegado del Gobierno en Ceuta, Francisco Antonio González.
La situación ha provocado un cierre temporal de la frontera ceutí desde las ocho de la mañana y por espacio de una media hora por la avalancha de personas y para evitar que los inmigrantes que intentaban entrar en la ciudad se mezclaran con los cientos de marroquíes que a diario cruzan la frontera.
El delegado del Gobierno se ha referido en rueda de prensa a la "violencia" empleada por los inmigrantes en el asalto, con el lanzamiento de piedras, lo que ha provocado la utilización de material antidisturbios, "con efecto disuasorio", y también disparos de fogueo para que el ruido asustara a los asaltantes.
Asimismo, ha detallado que esta violencia ha dejado a varios agentes de la Guardia Civil y de la Gendarmería marroquí con heridas leves así como vehículos dañados y una garita de vigilancia destrozada.
Al mismo tiempo, los veinticinco diputados de la Asamblea de Ceuta, pertenecientes a PP, PSOE y Caballas, y encabezados por el presidente, Juan Jesús Vivas (PP), han guardado, antes del inicio de la sesión plenaria, un minuto de silencio en memoria de los fallecidos.
Durante un viaje a Cracovia (Polonia), el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, ha lamentado las muertes y ha atribuido el aumento de la presión migratoria en las ciudades autónomas a los avances en la lucha contra la inmigración ilegal por vía marítima.
"Se cierra una vía de acceso y se abre otra, lo que genera que la presión de la inmigración ilegal sobre Ceuta y Melilla se haya intensificado", ha manifestado a Efe Fernández Díaz, quien ha acudido a un encuentro de los responsables de Interior de los países más grandes de la UE y de Estados Unidos.
El asalto masivo a la frontera es una táctica que vienen utilizando los inmigrantes subsaharianos ante la dificultad de acceder por el perímetro fronterizo terrestre como consecuencia de la vigilancia y la doble valla situada a más de seis metros de altura.
Esta avalancha ha sido la más trágica de las registradas en Ceuta y eleva a 29 el número de inmigrantes subsaharianos que han perdido la vida desde el 2005 en las fronteras de ambas ciudades autónomas con Marruecos.
La Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, ha expresado su consternación por la muerte de estas personas, que necesitan protección internacional y que arriesgan e "incluso" pierden sus vidas mientras buscan "seguridad y protección" a las puertas de la Unión Europea, ha subrayado en un comunicado.