Ajenos a la crisis, los promotores de Feriarte confían en generar este año un negocio entre 9 y 14 millones de euros, de los que la mitad ya se facturarían solo con que se vendieran obras tan espectaculares como la Eva de Chagall, la Playa de Valencia, de Sorolla, la Suzanne au Bain, de Lempicka, o el Concetto spaziale, de Fontana.
El arte es un refugio del dinero en tiempos de crisis, sostuvieron ayer en varias ocasiones los responsables de la Feria de Arte y Antigüedades, cuya 33 edición se celebrará entre el 15 y el 23 de noviembre en Ifema, con 170 expositores que presentan 19.000 piezas, las tres cuartas partes con un mínimo de 100 años de antigüedad y el resto de Art Decó, Art Nouveau y Contemporáneo.
Si la pieza más “barata” está valorada en 100 euros, de la más cara poco se sabe porque las galerías guardan celosamente el precio, aunque sí ha trascendido que por Playa de Valencia, Dolores Camargo pide 1,5 millones de euros; y Suzanne au bain sale a la venta por un millón de euros.
La galería Manuel Barbié no quiere desvelar el precio del poético óleo dedicado a Eva que Marc Chagall pintó en 1981, cuando tenía 93 años, aunque “seguro” que “supera de largo” el millón de euros, ni, por supuesto, el del gran óleo de Lucio Fontana Concetto spaziale. Atesse, “sin duda” uno de los máximos atractivos de esta edición, según explica el presidente de la Asociación de Anticuarios de Madrid, Daniel Cardani.
Precisamente, Cardani es la voz discrepante en el optimismo sin fisuras mostrado por el presidente del Comité Organizador de Feriarte, José María Álvarez del Manzano, la directora de la Feria, Ana Larrañaga, y el presidente del Comité Ejecutivo de Ifema, Luis Eduardo Cortés. A juicio de Cortés, la feria se celebra “en un momento apasionante porque no se sabe qué va a ocurrir aunque intuimos que va a ser una gran feria y que la crisis no tendrá una incidencia fuerte”.