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La inmigrante siria herida, en Málaga

Para ser trasladada a Barcelona, donde viven su padre y uno de sus hermanos, y todos serán incorporados a uno de los programas de acogida

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Manar Almustafa, la mujer siria herida grave tras un bombardeo en su domicilio en la ciudad de Homs que se encontraba residiendo en Melilla con un grupo de 13 familiares, ha llegado en barco en la mañana de este sábado al puerto de Málaga, desde donde será trasladada a Barcelona para recibir asistencia sanitaria en el hospital Vall d'Hebron.

   El Hospital Comarcal de Melilla remitió su historial al Vall d'Hebrón. Precisamente, en la Ciudad Condal, donde viven su padre y uno de sus hermanos, Manar y sus familiares serán incorporados a uno de los programas de acogida que gestiona el Ministerio de Empleo y Seguridad Social.

   En el puerto de Málaga se encontraba un equipo de Cruz Roja para ofrecer asistencia a la joven siria, que sufre fuertes dolores, y a los 13 miembros de su familia que la acompañaban. Uno de sus hermanos ha señalado estar satisfecho y ha agradecido la labor del Gobierno de España, de las asociaciones y de todas las personas que les han ayudado en Melilla, donde Manar ha permanecido dos meses.

   El Ministerio del Interior firmó este pasado viernes conceder la protección subsidiaria, que no asilo, a esta inmigrante siria, que presenta quemaduras en el 90 por ciento de su cuerpo, así como a otros miembros de su familia.

   El departamento que dirige Jorge Fernández Díaz explicó que "se le otorga protección subsidiaria en lugar de estatuto de asilo, puesto que ésta es la figura que se aplica a aquellos casos en los que no se cumplen los requisitos para obtener el asilo de acuerdo con la normativa vigente".

   En concreto, para recibir el estatuto de refugiado en España es necesario acreditar que se es víctima en el país de origen de una persecución personal y directa por algunos de los motivos contemplados en la Convención de Ginebra: raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas y género.

   La protección subsidiaria, por su parte, está encaminada a la acogida de personas que no pueden regresar a su país de origen porque corren el riesgo de ser ejecutadas, de ser torturadas o sometidas a tratos degradantes o de morir en una situación de violencia generalizada e indiscriminada, como la que vive Siria.
PROTECCIÓN

   Según precisó Interior, la resolución de Manar, suscrita por el subsecretario Luis Aguilera, le da la misma protección que el estatuto de refugiado a efectos prácticos: autorización de residencia y trabajo por cinco años en España e idénticos derechos en materia de asistencia social, sanitaria y educativa.

   Manar, que llegó a Melilla huyendo de Siria acompañada de 11 parientes, a los que después se sumaron dos más, formalizó su petición de asilo el pasado 8 de noviembre apoyada por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) y fue admitida a trámite el 3 de diciembre.

   La Comisión Interministerial de Asilo y Refugio (CIAR) decidió el 20 de diciembre concederle la protección subsidiaria, con una celeridad --de media tarda tres meses en resolver-- que en Interior justifican por "la apremiante situación humanitaria de la solicitante", que presenta quemaduras en el 90 por ciento de su cuerpo y una gran pérdida de movilidad. Se ha hecho "un gran esfuerzo" por agilizarla, aseguraron.

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