Los próximos días 11 de octubre y 4 de noviembre estaban previstos los cierres del Complejo Hospitalario Huelva y el hospital de Riotinto respectivamente; las consultas, el ambulatorio, rayos y las pruebas diagnósticas de estos centros iban a dejar de prestar servicio durante esas jornadas por decisión de los directores gerentes. El sindicato CSIF, tras conocer esta medida, denunció la situación ante los servicios centrales del Servicio Andaluz de Salud (SAS) para evitar los cierres argumentando que “no había razones para paralizar consultas y servicios en un día ordinario, con el perjuicio que esto supondría para los ciudadanos”.
César Cercadillo, responsable provincial de CSIF, manifestó entonces “el profundo descontento” no sólo del sindicato sino del conjunto de los trabajadores de los hospitales que no alcanzaban a comprender cómo los directores gerentes “se permitían ese lujo” mientras continúan aumentando las listas de espera.
Después de unas semanas, el SAS ha respondido a la denuncia de la Central Sindical desautorizando los cierres de los hospitales de los días 11 de octubre y 4 de noviembre. Unos cierres que, según CSIF, habrían supuesto la pérdida de un día completo de consultas, pruebas diagnósticas y ambulatorio. El sólo hecho de haberlo planteado, asegura Cercadillo, “demuestra la incompetencia y falta de responsabilidad de los directores gerentes al privar a los onubenses de la atención sanitaria por un mero antojo”.
En el caso de que se intentara justificar este movimiento por motivos económicos, “éstos carecerían de validez ya que estamos siendo testigos durante los últimos meses de numerosos gastos innecesarios en los hospitales de la provincia”, señala el sindicalista quien reseña al mismo tiempo que “no podemos permitir que los usuarios paguen los errores de gestión del SAS”.
Por todo ello CSIF aplaude la decisión de los servicios centrales de no permitir la paralización de los centros sanitarios más aún después de los meses estivales en los que se han suprimido servicios, se han cerrado quirófanos y el personal ha estado bajo mínimos.
Repercusiones para el trabajador
La desautorización del SAS, según CSIF, también da la razón a los trabajadores que entonces denunciaron cómo “las consecuencias de la nefasta gestión de las direcciones de los hospitales volvía a recaer sobre las plantillas”. En concreto, el sindicato hace referencia a la compensación de las horas no trabajadas (correspondientes a los días 11 de octubre y 4 de noviembre) que tendría que haber recuperado el personal en el caso de haberse confirmado los cierres.
Esas horas se hubieran sumado al déficit ya acumulado para cumplir con la jornada laboral después del aumento a 37 horas y media semanales; esta medida se implantó a mediados del mes de febrero pero tuvo un efecto retroactivo (al día uno de enero) que se tradujo en un déficit horario para los trabajadores.
Por todo ello, afirma CSIF, las plantillas se ven en circunstancias tales como no poder realizar los descansos obligatorios para garantizar la mejor atención al paciente o realizar varios turnos seguidos para “ponerse al día” con ese débito de horas.