El senador socialista aseguró en declaraciones a EL FARO que esta visita “hiere la sensibilidad de la opinión pública española y muy particularmente la del Campo de Gibraltar”.
Carracao quiso subrayar que su postura contraria a la visita no era una cuestión personal contra la Casa Real británica, alegando que le merecía un gran respeto al igual que la Casa Real española.
Matizó el senador gaditano que la visita además se producía para inaugurar un centro sanitario, que lleva su nombre, que está precisamente construido en el istmo, “un terreno sobre el que pesa la controversia de la soberanía, un territorio sobre el que la propia Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes, en 1981, asegura que su soberanía es dudosa”.
Respuesta
“Yo supongo que el Gobierno de España dará la respuesta cuando se produzca la visita y lo hará de la forma que corresponda al tipo de programa”, destacaba Carracao, refiriéndose al perfil de dicha visita.
“Si se realiza con discreción dará un tipo de respuesta y si lo que desean es que la Princesa se dé un baño de multitudes, la respuesta será otra bien distinta”.
El momento, añadía el senador, “es también muy inoportuno y digo más, podría dar al traste con el Foro de Diálogo”.
Las consecuencias de esta visita real, en función de su perfil, podría a criterio de José Carracao, basándose en su intuición y su experiencia, tener consecuencias negativas para el proceso a tres bandas de diálogo sobre Gibraltar.
Fuentes gibraltareñas por su parte catalogaban el carácter de la visita de “local y con un perfil muy bajo”.
Las mismas fuentes aseguraban que se dará cobertura informativa al evento, pero no a través de la congregación de inmensos grupos de personas portando banderas. “No es el estilo de la Princesa”, confirmaban las fuentes, añadiendo por otra parte que sí se contará durante la visita con paseos por la calle junto al ministro principal, Peter Caruana, ya que es algo “que los gibraltareños se merecen”.
La Princesa Ana llegará al Peñón, acompañada por su esposo, el contralmirante Timothy Lawrence, en la jornada del 5 de marzo. Entre sus visitas se encuentra el nuevo centro de ocio King´s Bastion.
Las críticas se repiten cinco años después
La anterior visita de la Princesa Ana a Gibraltar se produjo con motivo de la conmemoración de los 300 años de ocupación británica. Dicha visita ya causó el malestar del Gobierno español que la calificó también de “inadecuada”, señalando asimismo que podría herir “la sensibilidad del pueblo español”. La Princesa inglesa visitó por última vez el Peñón hacía 50 años. En aquella ocasión lo hizo acompañada de su madre, la Reina Isabel II.
El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, había afirmado que la visita de la princesa Ana, en 2004, a Gibraltar “causa disgusto y preocupación” en el Ejecutivo español. Moratinos recordó que “el Gobierno de España ya mostró su disgusto en relación con la conmemoración del tercer centenario de la ocupación británica de Gibraltar, y ahora nos parece que esta visita es inoportuna”. No obstante, aclaró que, sólo criticaban el significado político de esta visita ya que tenían a la princesa Ana “en gran consideración”.
Por su parte el gobierno de Gibraltar afirmaba entonces que la protesta formal del Gobierno español a la visita de la Princesa Real Gibraltar era incomprensible.
En esta ocasión, el Ejecutivo de Peter Caruana aún no se ha pronunciado aunque se percibe que su respuesta será similar a la de 2004.
Por su parte la oposición señalaba en días recientes que “dado que Gibraltar es británico y que la Princesa Ana forma parte de la familia real, no entendemos qué problema hay”.
