“Es el momento de limar asperezas, unir fuerzas y que se defiendan los derechos de las asociaciones”. De esta forma tan contundente se han manifestado desde ‘Los desmontados’, una de las Emas que están pendiente de las regularización de su vivienda y está a la espera de recibir algún tipo de información sobre la ordenanza o el PGOU, en relación a las dos asociaciones que, actualmente, están luchando por los intereses de las ARG, Fevema y Coave.
A esto habría que sumar, además, que las asociaciones esperan que se tenga en cuenta todo aquel trabajo en el que se han volcado las diferentes entidades. “Sentimos que un proyecto que hizo Fevema para darle una opción al Corredor Verde que se lo propusimos con las dos federaciones, no se haya tenido en cuenta, ya que ellos saben cuáles son las principales necesidades de los vecinos”, explica el presidente de ‘Los desmontados’, José Luis Galo.
Asimismo, y en lo que se refiere al proyecto que los vecinos deben elegir para la regularización de sus viviendas, esta asociación opina que “debería realizarse un concurso, para ver qué proyecto es el más ventajoso para las Emas, y, además, evitar posibles ilegalidades”, ha señalado.
En este sentido, uno de los principales problemas que se plantea es que dentro de una misma asociación, existen diferentes tipologías de suelo, lo que complica todas las actuaciones que se tienen que desarrollar. “Como hay tres o cuatro suelos distintos en una misma asociación, hay que poner los límites, porque cada suelo se tiene que ordenar por separado y se impone una edificabilidad según marca el Plan General”, establece Galo.
En relación con los servicios, en esta Ema se siguen repitiendo aquellos que hemos ido enumerando como la falta de luz, agua, alcantarillado o basura. “Aquí hay vecinos que se están duchando con agua contaminada y esto puede acarrear, a la larga, problemas de salud, sobre todo en niños y personas mayores”, explica. Además, puntualiza la necesidad de “eliminar los pozos ciegos, para evitar que se sigan contaminando los suelos”.
A esto habría que añadir, la reclamación generalizada de vecinos que no pueden acometer actuaciones de ningún tipo, “ya que no disponemos de los permisos del Ayuntamiento”.
Casos particulares
Entre todas estas realidades de falta de servicios mínimos, desinformación de las asociaciones, etc., este medio se ha encontrado con un caso particular cuya situación se vuelve, a medida que pasan los días, más insostenible y desesperantes. “La parcela es de un familiar y en el año 96 comenzamos a construir la casa, la luz y el agua se la concedían a todo el mundo, y no la solicitamos, hasta que en el momento en el que la solicitamos, no nos la concedieron”, explica esta familia.
De esta forma, y sin posibilidad de habitar en esta vivienda, la familia se fue a vivir de alquiler. “Ahora nos encontramos con uno de nosotros en situación de paro, con dos críos, y pagando el crédito de la hipoteca que pedimos para construir la casa y el alquiler de la vivienda en la que estamos, y esto no se puede aguantar más”, cuentan.
De hecho, y viendo que no iba a solventar su situación, esta familia llegó a plantearse incluso un Asimilado Fuera de Ordenación (AFO). “El AFO no nos lo admiten, cuando entre el PGOU no será ni una cosa ni otra, pero ahora no somos ni legal para el AFO, porque pertenecemos a suelo urbano por el PGOU, pero, sin embargo, no nos dan la luz y el agua”.
A esto se une la problemática de que “como el 98% de La Cerería está urbanizada, y los vecinos tienen luz y agua, no quieren urbanizar porque les va a costar mucho.
Con la última reunión en la bodega San José, esta familia tenía la esperanza de que su situación se regularizase; no obstante, “llevamos seis años sin poder estar en nuestra casa y no sabemos si algún día podremos disfrutar de ella”.