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La subida del IVA ‘apuntilla’ al comercio local

Acoje cree “complicado” enmascarar la subida y Asunico teme más al "efecto psicológico" que al incremento en sí de los precios

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La subida del IVA es “un palo más” para el comercio tradicional, que encontrará más dificultades que las grandes superficies para “enmascarar” el incremento. Según el presidente de Acoje, Fernando García, la medida va a contribuir a “retraer” aún más un consumo que se encuentra ya por los suelos, como prueba el hecho de que ni siquiera se vendió más en los días previos a la entrada en vigor de la medida.

La subida del IVA se repercutirá en los clientes en función del “criterio” de cada comerciante. El presidente de Asunico, Manuel García, aventura que la subida de precios será “gradual”, recordando entre otras cosas que la mayoría del género que se encuentra a la venta fue adquirido por los establecimientos antes de la subida del impuesto.

Más que al incremento en sí de los precios, Manuel García teme al “efecto psicológico” que pueda producir la medida entre los consumidores. En este sentido, el presidente de Asunico recuerda que, si bien determinados productos sí se encarecen de manera significativa, los artículos de venta más habitual apenas sufrirán variación. Así, una prenda de vestir que antes se vendía a 29,95 euros (con 4,49 euros de IVA) ahora costaría 30,80 euros (correspondiendo 5,34 euros al IVA).


Donde sí parece claro que se van a mantener los precios es en la hostelería. Esa es al menos la percepción de Francisco Díaz, vocal de este sector en Asunico. “La mayoría de los establecimientos van a mantener los precios, porque tal y como están las cosas no es viable repercutir una subida en el cliente. Lo que ocurre es que nuestro margen de beneficio será más corto, porque pagaremos más y cobraremos lo mismo”, explicó.

Las ventas en las terrazas han caído casi un 30%

El nivel de ventas de los bares se ha visto reducido alrededor de un 30 por ciento en los meses de julio y agosto. Además de la crisis, el vocal de Hostelería de Asunico, Francisco Díaz, achaca esta reducción de la actividad al hecho de que las noches hayan sido “más frescas” de lo habitual gracias al viento de poniente.

Acostumbrado a sobrevivir durante buena parte del año gracias al verano, a los bares aguarda ahora “un invierno muy amarradito”. “Nos hemos limitado a soportar el verano, pero algunos compañeros ya me han trasladado su intención de cerrar porque no cubren gastos, cuando lo normal es que las ventas de estos meses nos sirvieran de sostén hasta Semana Santa”, advierte Díaz, que no oculta su pesimismo respecto al final de año.

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