La víctima, que estuvo retenida en el piso durante más de cinco horas, logró escapar en un descuido de su captor tras saltar al vacío desde una de las ventanas y pudo encontrar refugio en un bar cercano desde el que solicitó la presencia de la Guardia Civil. Durante la huida se fracturó la muñeca izquierda.
La sentencia del Alto Tribunal, a la ha tenido acceso Europa Press, confirma la pena que se impuso al procesado como autor de un delito de detención ilegal en concurso medial con un delito de robo con violencia aunque le absuelve del delito de tenencia de arma prohibida por el que se le condenó a un año y medio de prisión al considerar que ni la navaja no automática ni el cuchillo de 15 y 24,4 centímetros de hoja respectivamente que se intervinieron lo son.
El Supremo revoca, asimismo, el fallo condenatorio para un segundo acusado ya que, según señala, no existe una "motivación probatoria suficiente" de su participación en los hechos que permita enervar su presunción de inocencia. Estima el recurso de casación interpuesto por la defensa contra la condena a un total de siete años y medio de prisión y apunta que sólo quedó probado en el acto de juicio que era el propietario del piso en el que se retuvo a la víctima.
El asaltó se perpetró a las 21,00 horas de 4 de septiembre de 2008 en la carretera de Alicún, en Roquetas de Mar. El hombre, de nacionalidad dominicana, circulaba con su turismo por la vía cuando el acusado, en compañía de una segunda persona no identificada, empezó a hacerle indicaciones desde el arcén para que se detuviera.
Tras parar "pese a que no los conocía de nada y pensando que querían preguntarle algo", según relata la sentencia, el procesado se subió al vehículo y, mientras esgrimía el cuchillo, le obligó contra su voluntad a dirigirse hacía un bloque de pisos ubicado en una barriada del municipio.
Una vez en el interior de la vivienda, el procesado le arrebató por la fuerza una cadena de oro, una anillo, el teléfono móvil, las llaves del turismo y una cartera que contenía 40 euros en efectivo y una tarjeta de crédito, por lo que le forzó a desvelarle el número PIN.
En la madrugada del día siguiente, la víctima, en un descuido de sus captores, huyó del piso saltando al vacío por una de las ventanas que daba a la calle y se refugió en una bar cercano desde el cual pidió la intervención de la Guardia Civil. Cuando los agentes llegaron a la vivienda, el acusado también saltó por la ventana e intentó escapar mientras arrojaba al suelo los objetos robados.