Esta es una de las conclusiones de un estudio, impulsado por la Fundación BBVA y liderado por la investigadora del CSIC María Ángeles Durán, presentado hoy, que prevé que la demanda de cuidados en España crezca un 50% de aquí al año 2050.
Este incremento tendrá especial incidencia en el segmento de personas mayores, que ocupan actualmente el 27,5% de la demanda de cuidados, pero que se prevé lleguen al 46% en 2050.
En España, la carga de trabajo recae principalmente en las mujeres, que son las que siguen encargándose mayoritariamente del cuidado de los niños, enfermos o mayores de su familia.
Según la última encuesta del INE, un 91,9% de las mujeres participan en el trabajo no remunerado, frente a un 74,7% de los hombres.
En tiempo, se estima que como media las féminas españolas dedican dos horas diarias más al trabajo del hogar que los varones.
La misma encuesta revela que los españoles dedicaban en 2010 una media de 49 horas semanales a cuidados personales, hogar y familia.
Una de las dificultades de la investigación ha residido en definir trabajo remunerado, es decir, el que se presta sin una contrapartida de dinero y sin la expectativa de quién lo recibe vaya a remunerarlo de forma proporcionada al tiempo que se ha dedicado a dicho trabajo.
Durán ha explicado que incluye el autocuidado o la alimentación, pero esencialmente, la prestación de cuidados a terceros, cuyos principales destinatarios son niños, enfermos o mayores sanos que requieren atención.
La investigadora del CSIC ha explicado que se da un constante proceso de trasvase entre el trabajo remunerado y no remunerado, por lo que es "imprescindible" para cualquier política saber en qué dirección van esos trasvases.
Así, ha destacado la importancia de cuantificar y valorar el trabajo no remunerado ante retos como el del sistema de atención a la dependencia, que supone el trasvase al mercado del cuidado de enfermos y mayores antes desempeñado en el hogar.
No obstante, la crisis está revirtiendo la tendencia, de tal forma que el Estado está empezando a devolver funciones a los hogares, una tendencia que va a ir en aumento.
En vista de estos datos, la incógnita que se plantean los investigadores es cuál va a ser la demanda de cuidados a corto y medio plazo y quién se va a hacer cargo de los mismos.
En España, existe la peculiaridad de que los cuidados dependen más de la familia y, además, la oferta de servicios para niños, enfermos o mayores es inferior a la de otros países europeos.
La profesora Durán ha puesto de relieve que cada vez la mujer española está menos por la labor de dedicarse al cuidado de los demás.
Pero, si se demanda al Estado que ofrezca más servicios, esto conllevará una reestructuración fiscal o, lo que es lo mismo, más impuestos, ya que "tendrá que sacar el dinero de algún sitio".
"¿Qué vías quedan?". "El desafío es tan grande, que no va sólo en una dirección", ha subrayado la investigadora.
Aun así, la redistribución de la tarea, mediante una mayor implicación de los hombres, pero también de la población joven, es una de las soluciones que plantea el estudio, que se plasmará próximamente en un libro.
"El gran reto está en la participación de los varones", ha señalado Duran, quien ha insistido en que la sociedad española es "tremendamente desigual" en la distribución de la carga de trabajo no remunerado. "Fuenteovejuna, todos a una".
También el ahorro puede ser otra vía.
En este sentido, la vivienda (bien en el que los españoles invierten mayoritariamente sus ahorros) se puede convertir en el activo privado más importante para hacer frente a los cuidados.
El estudio propone, asimismo, que el mercado ofrezca unos servicios eficaces pero más baratos.
En cualquier caso, la profesora Durán ha asegurado que el tema de los cuidados y del trabajo no remunerado "hay que ponerlo en la agenda, si no queremos ancianos solos y mal cuidados".