El ministro de Fomento, José Blanco, dió los primeros datos en una entrevista en la Cope, donde lanzó la cifra del millón de euros exento, dos millones “en caso de que uno esté casado”.
Apuntó que el Ejecutivo espera recaudar así más de mil millones y, según los cálculos que ha realizado teniendo en cuenta los datos del último impuesto de patrimonio, correspondientes a 2007, los contribuyentes que tendrán que pagarlo “no van a pasar de 90.000”.
“La voluntad del Gobierno es que ese impuesto no tenga consecuencias sobre las clases medias y sean los grandes patrimonios, los más ricos, los que tengan que pagar”, ha insistido el portavoz del Ejecutivo ya por la tarde en una rueda de prensa.
Quiso además dejar claro que, aunque “se maneja” el umbral del millón de euros, el mínimo exento aún no está cerrado.
Blanco hizo esta precisión después de que el candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, presentara en Telecinco cifras diferentes y estimara que podrían pagar el nuevo impuesto entre 200.000 y 300.000 personas.
Fuentes de su entorno hicieron hincapié en que se trataba sólo de un ejemplo y él mismo reconoció en la entrevista que desconocía los detalles del proyecto en el que trabaja el Ejecutivo.
“Estamos hablando de 200.000 personas, de 300.000, no sé; y hay 24 millones de contribuyentes. ¿No es razonable?”, se preguntó el político.
Rubalcaba no quiso entrar en el debate sobre si retomar el impuesto es de izquierda o de derechas. “¿Es más de izquierdas? Creo que es más justo y más sensato”, subrayó.
Para evitar confusiones sobre cifras la vicepresidenta económica, Elena Salgado, insistió en el Congreso en esperar al viernes y hizo hincapié en que, si se reactiva el impuesto, sólo afectará a las personas con patrimonios altos y no a las clases medias, como ocurría antes.
Ante el rechazo del PP a este gravamen, advirtió que si se recupera será muy difícil para las comunidades autónomas explicar por qué no utilizan esos fondos -son ellas las que los gestionan-, mientras recortan partidas sociales de sus presupuestos.
La oposición de los populares a reactivar el impuesto de patrimonio no es sin embargo unánime y al presidente extremeño, José Antonio Monago, claramente partidario, se unió ayer con matices el de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoo.
La oposición socialista le preguntó si lo aplicaría y no respondió directamente, pero sí ha dicho que está “a favor de que las rentas altas hagan un mayor esfuerzo fiscal”.
Aprovechó no obstante la ocasión para criticar la política fiscal del Gobierno socialista que, a su juicio, parece un ventrílocuo con un muñeco en cada mano”.
Por su parte, Monago volvió a defender durante la jornada de ayer la recuperación del impuesto como una medida de “mucho sentid común”, peroreclamó que sea de carácter nacional para evitar que sólo se beneficien las comunidades en las que residen los contribuyentes con grandes patrimonios.