Así lo señala el último barómetro del CIS, dado ayer a conocer, según el cual la segunda preocupación social sigue siendo la economía, citada por el 46,6%.
El muestreo del CIS, realizado entre el 3 y el 11 de mayo, antes de las elecciones y de las protestas del movimiento 15-M, apunta que el 78,3% ve la situación económica como mala o muy mala y un 66,8 califica de la misma forma la situación política.
La inquietud por el desempleo alcanzó el máximo de la década en febrero pasado, cuando lo mencionaba el 83,9%, cifra ahora superada en dos décimas y en 1,3 puntos respecto al anterior barómetro de abril del Centro de Investigaciones Sociológicas.
En cuanto a la clase política y los partidos, el porcentaje más alto de los últimos años se había alcanzado en julio de 2010, cuando el 21,7% lo consideraba el mayor problema; esta marca se ha superado en cuatro décimas y está dos por encima de la de abril.
Junto a ese 22,1% que cita a la clase política como problema, hay otro epígrafe en la encuesta sobre “el Gobierno, los políticos y los partidos”, mencionados ahora por el 5,4%.
Más allá de la economía y la política, el cuarto problema de la lista es la inmigración, referida por el 11,2% (8 décimas menos), seguida del terrorismo, que experimenta una notable subida, al pasar del 5,7% de abril a un 9,1%.
Por debajo quedan la inseguridad ciudadana (7,9%) y la educación (5,6%).
Aunque la preocupación por el desempleo ha subido respecto al anterior barómetro, mejoran algo las expectativas sobre empleo de ocupados y parados.
Si en abril el 19,5% de los trabajadores veía muy o bastante probable perder su empleo en un año, ahora este porcentaje baja al 18,3, en tanto que la gran mayoría, el 75,8 %, ve poco o nada probable irse al paro.
Y si antes el 60,7 de los parados creía poco o nada probable encontrar trabajo, ahora piensa así el 58,3%; y del 31,3% de optimistas que en abril confiados en lograr empleo, el porcentaje sube al 35,1%.
El CIS ha hecho una encuesta complementaria para conocer los mayores miedos de los ciudadanos también referidos a su entorno, donde el 35,5% afirma que lo que más teme es “quedarse sin dinero para atender sus necesidades y las de su familia”
Un 32,2% tiene como su mayor temor quedarse en el paro o que le ocurra a un familiar directo y un 78,6% ve muy o bastante probable que eso suceda.
Incluso hay un 40,9% que considera posible perder sus bienes o sus ahorros.
En el apartado sobre la situación económica, frente al 78,3% que la percibe negativamente, sólo un 3,3% la ve buena. efe