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Conmoción en la clase política francesa por el arresto de Strauss-Kahn

Tendrá que hacer frente a los cargos de violación en grado tentativa, acto sexual y retención ilegal

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El arresto e inculpación por delitos sexuales del presidente y director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, protagoniza este domingo un intenso debate político en Francia sobre sus efectos ante las próximas elecciones presidenciales y ante la imagen del país.

El economista, detenido este sábado en Nueva York y que tendrá que hacer frente a los cargos de violación en grado de tentativa, acto sexual delictivo y retención ilegal, era considerado como el aspirante socialista favorito de cara a los comicios de 2012.

Un sondeo publicado esta mañana por el diario "Le Parisien" y realizado los pasados días 13 y 14, le concedía el 41 por ciento de los votos de los simpatizantes socialistas en las primarias de ese partido, por delante del 25 por ciento dado a François Hollande, el 16 por ciento dirigido a Martine Aubry o el 7 por ciento conseguido por Segolène Royal. Si este domingo se hubieran celebrado la primera vuelta de las Presidenciales, según otra encuesta de "Le Journal du Dimanche" efectuada los días 10 y 12, DSK, tal y como es conocido en el país, se habría hecho con el 26 por ciento de los votos, por delante de la ultraderechista Marine Le Pen y del presidente Nicolas Sarkozy.

Strauss-Kahn tenía de plazo hasta el 28 de junio para declarar sus aspiraciones políticas, pero ante la cautela de algunos políticos no han faltado reacciones que afirman que los hechos que se le reprochan "le desacreditan definitivamente" como candidato a la más alta función del Estado.

En esa línea se ha expresado la presidenta del Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, mientras que en el seno del Partido Socialista (PS) la candidata a las primarias Segolène Royal ha instado a respetar la presunción de inocencia y a no ensañarse "con un hombre que no ha tenido la ocasión de defenderse".

Los comentarios han ido llegando en cadena a lo largo de la mañana y han cuestionado no solo el impacto que el arresto puede tener en la carrera por las Presidenciales, sino también sobre la imagen internacional de Francia.

Bernard Debré, diputado del partido conservador gobernante, la UMP, asegura "a título personal" sentirse "mortificado" por este asunto, que a su juicio constituye "una humillación terrible para el país".

No es la primera vez en las últimas semanas que la figura de DSK es asunto de debate en los medios nacionales. Una foto difundida a finales de abril en la que aparecía subiéndose a un Porsche de un colaborador en compañía de su mujer levantó críticas sobre su tren de vida y el mensaje confuso que esos lujos transmitían al electorado.

Añadió leña al fuego la difusión en la emisora France Soir de que el presidente del FMI lleva supuestamente trajes de hasta 35.000 dólares (unos 24.700 euros), ante la cual Strauss-Kahn ordenó a sus abogados este viernes que interpusieran una demanda por difamación.

En Francia se recuerda que el representante del FMI salió indemne en 2008 de la investigación abierta por ese organismo para determinar si abusó de su posición cuando mantuvo una relación íntima con una subordinada.

En esta ocasión, en cambio, se da por hecho que sus aspiraciones políticas nacionales se han visto truncadas, si bien incluso desde partidos contrarios se han hecho llamamientos a la prudencia a la hora de comentar los hechos.

"Hasta que no se confirmen, el daño hecho a la persona y a sus familiares por hablar de ello es inmenso. Hace falta respetar la presunción de inocencia y dejar que las cosas se aclaren por sí mismas. Cuanto más adversario se sea, más se debe ser respetuoso", apuntó el secretario general del Partido Radical, Laurent Hénart.

No ha habido hasta el momento ni está previsto que haya reacción oficial por parte del presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, que en 2007 apoyó su candidatura al frente del FMI.

Pero el caso ha sacudido a la clase política nacional, y ha provocado que el PS haga frente común para intentar minimizar sus consecuencias, hasta el punto de que la primera secretaria de ese partido, Martine Aubry, ha subrayado que "pase lo que pase el partido sigue estando para escuchar al electorado y servir al país".

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