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Punta Umbría

El Museo Picasso expone litografías del malagueño

Una selección de cuarenta litografías realizadas por Picasso entre 1945 y 1956 se exhiben desde hoy en el Museo Picasso de Barcelona.

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Una selección de cuarenta litografías realizadas por Picasso entre 1945 y 1956 se exhiben desde este martes en el Museo Picasso de Barcelona en una exposición que ilustra las diferentes técnicas utilizadas por el pintor malagueño y las innovaciones que aportó.

El director del museo, Pepe Serra, ha recordado que "tras "Picasso, linograbador" y la muestra dedicada a las aguatintas que ilustran el libro "La Celestina" realizadas por Picasso en 1968, esta nueva propuesta en las salas de grabado del centro "nos descubre otra vertiente del trabajo del artista".

Picasso realizó su primera litografía en 1919, una suerte de invitación en la exposición que presentaba en la galería Rosenberg de París, y desde entonces y hasta 1930, ha señalado Malén Gual, conservadora de la colección, utilizó la técnica litográfica para ilustrar algunos libros, catálogos e invitaciones, pero no fue hasta 1945 cuando se interesó realmente por este sistema de estampación.

Comenzó elaborando grabados sobre piedra a partir de noviembre de 1945 en el taller de Fernand Mourlot, en la calle Chabrol de París, donde el artista se implicó en todas las fases de producción, desde el dibujo sobre la piedra hasta el control de las primeras tiradas.

En este período, como demuestra la exposición, utilizó todo tipo de planchas (piedra, zinc, papel de report) y probó numerosas técnicas tradicionales como el lápiz graso, la pluma o la aguada, al tiempo que introdujo nuevos materiales que le llevaron, asegura Gual, a "la renovación de las antiguas prácticas del oficio".

Según la restauradora Reyes Jiménez, una de las características de su trabajo litográfico es la serie de interpretaciones y variaciones que propone sobre diferentes temas: "Algunas litografías llegarán a tener 18 pruebas de estado, es decir, que la imagen representada experimentará 18 mutaciones".

La exposición comienza con un primer ámbito didáctico en el que a través de fotografías se explica el trabajo de Picasso en el taller de Mourlot, con el que mantuvo una estrecha colaboración hasta 1955.

En esta sala, una vitrina muestra material litográfico como la piedra calcárea que se utilizaba para las litografías, un material, ha dicho Jiménez, que "encorsetaba" el tamaño de los grabados, por lo que Picasso evolucionó hacia las planchas de zinc o el papel de report, que le permitía jugar con obras de mayores dimensiones.

En la sala siguiente se muestra una selección de los diferentes procedimientos que Picasso utilizó para realizar las fotografías como la litografía tirada sobre papel entintado, con dibujo realizado por recortes, esgrafiado o rascado y transferido sobre la piedra de "El circo" (1945) u "Ocho siluetas de mujer" (1946); el grabado sobre zinc de "Cara negra" (1948); o las litografías en colores tiradas sobre papel de "Mujer sentada en una butaca" (1947) o "El pintor y su modelo y personaje" (1954).

La sala central da cuenta del compromiso político de Picasso que durante los años que van desde 1949 a 1953 dio como resultado la colaboración con diferentes movimientos por la paz.

"La paloma" (1949) se convirtió en un símbolo después de que en febrero de 1949 Louis Aragon visitó a Picasso en su taller y escogió esta litografía para el cartel del primer Congreso Mundial por la Paz, que tuvo lugar durante abril en París.

Otro ejemplo de su renovación postbélica es la serie de faunos y personajes mitológicos que hizo durante sus estancias en el sur de Francia, como "Pan", "Fauno músico número 4" o "Fauno sonriente", todos de 1948.

La última sala está dedicada a Françoise Gilot, que Picasso conoció en 1943 en París y con la que vivió de 1945 a 1954, los años en los que el artista se dedicó intensamente a la litografía, y también a los hijos de ambos, Claude (1947) y Paloma (1949).

En este espacio se pueden ver "La joven artista" (1949), en la que aparece seguramente una Gilot embarazada de su hija Paloma y con Claude sentado en una silla, "El taller" (1948) o "Françoise con un lazo en el pelo" (1946), de la que hizo 12 litografías y que el artista fue modificando desde una primera imagen realista hasta convertir a la joven en la 'mujer sol'.

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