Esta circunstancia ocurre desde haces meses y los vecinos y conductores que transitan por esta zona han vuelto a denunciar a este diario la ubicación de este “aparcamiento trampa”, que se salda con una multa nunca inferior a los 200 euros.
En este sentido, la constancia en la retirada de coches forzó a uno de los vecinos de la barriada a colocar, meses atrás, dos carteles avisando a los conductores.
Estos carteles denunciaban la carencia de señalización y la retirada, pero fueron quitados de la pared. Textualmente, las notas decían: “Aunque no está prohibido, no aparquen! Pues los incompetentes y chorizos gobernantes de este pueblo, junto a sus inquisidores ¡le estafarán! Firmado: uno más, de los ya estafados. Valor de la estafa: 300 euros más rabieta”.
Los vecinos entienden así, en declaraciones a este diario, que más que efecto disuasorio para evitar el estacionamiento, la no señalización de la zona a pesar de la reincidencia de multas se asentaría en un “afán recaudatorio” del Consistorio.
Precisamente, en la mañana de ayer, un conductor residente en Málaga fue multado. Este foráneo criticó a este diario que “la zona no se encuentra a otro nivel, no está pintada de amarillo, no tiene bordillo y no dispone de ningún bolardo que aclare que ahí no se puede aparcar”, como sí ocurre esto último en otras zonas similares de la misma calle. Así, este lugar tan sólo se diferencia por un color rojizo del adoquinado frente a la calzada, que podría entenderse como una zona habilitada especialmente para el aparcamiento.
Agentes de la Policía Local confirmaron ayer que habitualmente se retiran vehículos de la zona, con una sanción de 200 euros, a la que añadir otros 93,43 euros del servicio de grúa. De hecho, entre los agentes se califica negativamente de “mina” esta ubicación por la continúa imposición de multas.