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La OMIC alerta sobre fraudes en las revisiones del gas

Aconseja pedir la acreditación y presupuesto antes de contratar el servicio

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  • Imagen de la fachada de la Oficina Municipal de Información al Consumidor.
  • Está recibiendo quejas por el aumento de personas que ofrecen el servicio
La Delegación de Consumo, que dirige José Luis Luna, ha emitido un comunicado para informar a la población de algunos aspectos a tener en cuenta en el caso de las revisiones de gas, con el fin de “evitar o prevenir abusos” y que los consumidores y usuarios conozcan cuáles son sus derechos con respecto a este tipo de servicios.

“Cada cierto tiempo, se viene notando un aumento considerable de empresas o personas que con mayor frecuencia reaparecen por la localidad acudiendo a los domicilios particulares, sin que previamente los consumidores y usuarios requieran su presencia, para realizar la revisión de las instalaciones de gas y en algunos casos, proceder a la sustitución de las gomas o de los reguladores de butano”, ha explicado Luna.
Según la OMIC, la normativa vigente en esta materia dispone que los usuarios de gas deben mantener en buen estado su instalación doméstica, por lo que tienen que solicitar la revisión de esa instalación cada cinco años, en el caso de gas butano y propano, o cada 4 años si se trata de una instalación de gas natural. Para ello, los usuarios pueden elegir libremente la empresa que más les convenga, comparando previamente los servicios que ofrecen y, sobre todo, los precios.

Por eso desde la OMIC se puntualiza que “la primera regla de oro que los consumidores y usuarios deben tener en cuenta, es la de no permitir la entrada a sus domicilio de aquellas personas o empresas bajo el pretexto de llevar a cabo la revisión de la instalación de gas, si previamente, no han contratado sus servicios”.

De la misma forma, advierten que estas empresas prestan libremente sus servicios y no representan ni son enviadas por ningún Organismo Oficial, y sus trabajadores no tienen ninguna relación profesional como Inspectores de la Junta de Andalucía, ni tampoco son enviados por la OMIC del Ayuntamiento de Rota.

Con respecto a la utilización del logotipo de la Junta que los trabajadores llevan serigrafiado en sus uniformes, desde la OMIC se informa, que su utilización, “está provocando bastante confusión” entre los propios usuarios, por lo que la OMIC considera que “su utilización pudiera ser fraudulenta dado que no tienen ningún autorización por parte de la Consejería de la Presidencia ni de la Consejería de Innovación y Ciencias, para utilizar el mismo”, ya que según la versión de algunas personas afectadas, manifiestan “que les han dejado entrar en sus domicilio, alegando que eran Inspectores de la Junta”. Así, la OMIC pondrá este hecho en conocimiento de los organismos competentes, para que preceda a ordenar su retirada y acabar con esta forma de actuar.

De la misma forma, la utilización del distintivo o anagrama en facturas y presupuestos de estas empresas también están provocando bastante confusión entre los usuarios afectados. “Su utilización, no tiene ninguna relación o vinculación comercial con esta Oficina ni con el propio Ayuntamiento, y tiene solamente un carácter informativo para los ciudadanos para comunicar que la misma está adheridas al Sistema Arbitral de Consumo”, explican. “Es una garantía para los consumidores, ya que en el caso de existir alguna discrepancia con el servicio recibido, la Empresa se somete a la decisión del Colegio Arbitral de Consumo, por lo que su exhibición, se tendrá que ajustar a lo establecido en la normativa vigente, siendo de color naranja y no de color verde”.

Por todo lo expuesto, desde la OMIC se aconseja a los usuarios tener en cuenta una serie de cuestiones como pedir siempre la acreditación de instalador y de empresa autorizada, antes de dejar entrar en el domicilio particular a cualquiera que ofrezca la revisión de la instalación de gas si no la hemos pedido; solicitar un presupuesto escrito y detallado de materiales y mano de obra, así como los desplazamientos si los hubiera, antes de contratar cualquier servicio para aceptar o rechazar el servicio sin ninguna objeción, tomando el tiempo necesario para leer incluso la letra pequeña de los contratos.

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