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El asalto israelí a la Flotilla de la Libertad acaba en baño de sangre

El Ejército israelí mató ayer al menos a nueve activistas de derechos humanos al abordar en aguas internacionales un barco que formaba parte de la Flotilla de la Libertad que pretendía llevar ayuda humanitaria a la franja de Gaza.

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  • Soldados israelíes montan una guardia a bordo de un barco lanzamisiles durante un ataque de la marina. -
El Ejército israelí mató ayer al menos a nueve activistas de derechos humanos al abordar en aguas internacionales un barco que formaba parte de la Flotilla de la Libertad que pretendía llevar ayuda humanitaria a la franja de Gaza.

Las trágicas consecuencias del asalto han desencadenado una ola de protestas y condenas en la comunidad internacional y han obligado al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a suspender la entrevista que tenía programada en Washington con el presidente Barack Obama, y regresar en las próximas horas a Israel.

Por su parte, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abas, ha decretado tres días de luto en respuesta a un ataque cuyas consecuencias calificó de “masacre”.

“Los muertos ascienden a nueve”, dijo a Efe una portavoz militar en un escueta comunicación telefónica en la que declinó revelar el más mínimo detalle sobre la identidad o nacionalidad de los muertos, que al parecer son en su mayoría turcos.

Organizaciones humanitarias elevan, no obstante, a catorce el computo de víctimas mortales.

El número de heridos, varios en estado grave, asciende a 38 activistas internacionales y cinco soldados israelíes, de acuerdo con diversas fuentes.

En Israel se desconocía a media tarde la situación de los tres españoles de la expedición: el valenciano David Cegarra, periodista del canal venezolano Telesur; y dos cooperantes de la ONG Cultura, Paz y Solidaridad Haydée Santamaría, el madrileño Manuel Tapial y la catalana Laura Arau.

“No sabemos aún cómo se encuentran los tres españoles a bordo de la flota”, dijo a Efe el encargado de Asuntos Consulares de la embajada española en Israel, Manuel Durán, que se desplazó al puerto de Ashdod, al sur de Tel Aviv, para ofrecerles protección consular. Israel remolcó a ese puerto todas las embarcaciones de la flotilla y a sus pasajeros en condición de arresto, aunque algunos se encerraron en sus cabinas y rehúsaron entregarse.

El asalto a la flotilla, formada por seis embarcaciones que transportaban a más de 750 activistas de 60 nacionalidades –entre ellos varios diputados europeos y una premia Nobel de la Paz, la norirlandesa Mairead Corrigan Maguire–, además de un cargamento de 10.000 toneladas de ayuda humanitaria para la población de la franja, se produjo antes del amanecer.

Alrededor de las 4.00 hora local (1.00 GMT) dos helicópteros del Ejército israelí con comandos de la unidad de elite de la Armada se posaron uno detrás de otro sobre la cubierta superior del Mavi Marmara, cuyo pasaje era en su mayoría turco, el barco más grande y cuyo abordaje desencadenó la tragedia.

Imágenes transmitidas en directo por la televisión turca muestran el momento del abordaje y la petición de por megafonía de uno de los activistas, Yardim Gemilerine Mudahale, que anunciaba al Ejército israelí la existencia de “tres muertos” y que “necesitamos ayuda”.

Un canal árabe que transmitía también en directo desde el barco perdió la señal al comenzar la intervención armada y desde entonces ha sido imposible contactar con cualquier de los activistas, parlamentarios europeos o periodistas a bordo porque todos sus aparatos de comunicación han sido requisados por Israel.

Testigos presenciales citados en los primeros momentos del ataque hablaban de que los comandos descendieron de los helicópteros disparando sobre la cubierta del barco que ocasionaron el baño de sangre.

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