Zúñiga, exfutbolista del Cádiz y del Espanyol, espera que “se salven los dos”

Manolo Zúñiga, excentrocampista del Espanyol y del Cádiz, deseó antes del próximo enfrentamiento liguero entre ambos que espera que "se salven los dos".

Zúñiga, de 62 años, reconoció en declaraciones a EFE que el partido del viernes (21.00) es "crucial", sobre todo para el conjunto periquito, situado en puestos de descenso y a cuatro puntos del Cádiz.

"A los dos equipos les tengo mucho cariño, al igual que al Sevilla", declaró el exfutbolista nacido en Luciana (Ciudad Real), que también jugó con los sevilistas y se alegró al ver que "están saliendo", señaló, de la zona comprometida de la clasificación.

Zúñiga afirmó que el Cádiz "ha ido más" en la temporada y el Espanyol, "todo lo contrario", aunque precisó que hay "mucha igualdad" y que el factor campo podría ser decisivo porque los españolistas "necesitan ganar".

En el conjunto blanquiazul estuvo ocho temporadas y media, lo que calificó como una etapa "extraordinaria".

"Me fui hecho un chavalín", con 19 años, y se hizo un “hombre, no solamente como futbolista, sino al crecer y educarte como persona", indicó Zúñiga.

En aquellos años en el Espanyol, desde 1979 a 1988, valoró haber vivido temporadas "cómodas", sin sufrir en la zona baja, y lamentó no haber podido poner el colofón en la final de la Copa de la UEFA de su última campaña al perder por penaltis contra el Bayern Leverkusen alemán.

De todas formas, a Zúñiga se le quedó "en la retina" haber eliminado a los dos poderosos equipos de la región italiana de Lombardía, el Inter y el Milan, además del Borussia Monchengladbach alemán.

El Espanyol lo cedió al Cádiz en la segunda mitad de la temporada 1980-81, logrando el ascenso a Primera División con los amarillos, que estaban "convencidos" de que podían conseguirlo, observó el autor de uno de los dos goles de los gaditanos el día del ascenso en Elche (1-2).

"A ellos les bastaba un empate, el campo estaba lleno y ascendimos nosotros", recordó con alegría.

Manolo Zúñiga, comenzó su carrera profesional en el Calvo Sotelo, con el que jugó en Segunda División, y después de militar en el Espanyol, Cádiz y Sevilla, retornó a Cataluña para jugar dos temporadas en el Sabadell y, de nuevo en Andalucía, vistió la camiseta del Écija tres campañas más hasta su retirada con 35 años.

En este último club, inició años más tarde un periplo como entrenador en Segunda B que le llevó también a dirigir al Puertollano, San Roque de Lepe y Caudal de Mieres.