Es un día en que las familias reunidas dan gracias a Dios por todos los beneficios que reciben. Todo el mundo se lo toma en serio en ese país despreciado por tantos. El significado real del DAG es “dar gracias a Dios por todos sus regalos y luego compartirlos”. Se empezó haciendo como un festín para celebrar la cosecha en el que dar gracias por la abundancia de alimentos.
Los judíos tienen un día para dar gracias. El 7 de octubre de 3760 aC marca el comienzo de la era judía. El día quince de ese mes de Tishri, al comienzo del otoño, antes de la llegada de las primeras lluvias, se celebra la fiesta de las Tiendas (Sukot en hebreo), que también fue agrícola en sus comienzos.
¿Y los católicos? También tenemos nuestro día. Es el de las Témporas de Acción de Gracias, caído en desuso, que se celebra el 5 de octubre. Es un día para recordar los muchos beneficios que hemos recibido de Dios, para darle gracias.
40 millones de americanos de la USA se mueven en busca de sus familias no todos con una intención religiosa, pero sí de gratitud y cariño familiar.
Sorprende la sociedad americana que vive tan cómodamente pero que no elude esta sabiduría de dar gracias en la reunión familiar. El pueblo americano tendrá los defectos que sea, pero tiene una gran virtud, que es un pueblo religioso, valor de suma importancia porque capta mejor la realidad de las cosas. Mucho antiamericano da el mensaje de no querer entender este hecho obvio.
Este año los americanos darán gracias en plena crisis con un recién electo Obama. Gracias, Señor, por esta crisis que nos puede devolver nuevos modos políticos. Tras la cumbre de Washington donde se ha invocado nuevamente la libertad de mercado, donde se ha propuesto transformar el capitalismo, donde ni se ha mencionado el socialismo, los americanos han dado gracias a Dios (God bless America). Zapatero se sentaba a la mesa de los elegidos como un judas, se sentía animado por Sarkozy, aturdido por Obama, incómodo con Bush, cómplice con el chino, el turco, el sudafricano y el árabe, en fin, un poco perdido en la élite internacional.
No sabía si estar al pairo con Obama ante la mirada de Bush o estar aguindoi con el gabacho, su valedor. A ver si alguien dice algo del socialismo, pensaba un descorazonado ZP, pero nadie lo hizo. Obama lo repite: podemos. Le gustó el lema de la Selección Española de Fútbol en la última Eurocopa. Podemos.
Es de bien nacidos ser agradecidos. Que nadie te diga malnacío.