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“Quiero que todos los vejeriegos se sientan representados en mi pregón”

Fiel devoto de la Virgen de la Oliva desde su más tierna infancia, Carlos Gómez López, pregonará las fiestas patronales el próximo 11 de agosto

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  • Carlos Gómez López, Historiador y Pregonero de la Velada de Nuestra Señora de la Oliva. -

Con un tremendo sentido de la responsabilidad, consciente de la importancia de la labor que le ha sido encomendada en este año jubilar en el que se conmemora el 25 aniversario de la coronación de la imagen de Nuestra Señora de la Oliva, el historiador vejeriego Carlos Gómez López afronta a sus 30 años uno de los mayores honores que cualquier vejeriego puede concebir: pregonar la Velada.

¿Qué supone para ti, una persona tan estrechamente vinculada a la Virgen de la Oliva desde pequeña, ser nombrado pregonero de la Velada en su honor en un año tan especial como este?

–Es un auténtico orgullo, porque desde pequeño he estado muy ligado a la Virgen de la Oliva. Mi abuelo Manolo ha sido cargador toda su vida y él nos inculcó a toda la familia el amor a la Virgen, a nunca fallarle. Y también mi abuela Dolores, que fue siempre devota fervorosa, incluso haciéndole la promesa de llevarle cada 7 de mayo todas las azucenas de su jardín. Además, es un año muy especial por ser jubilar y también por retomar las tradiciones después de la pandemia. Mi nombramiento es una forma de darle sitio a la tradición, a las personas que ya no están, a la familia y, en especial, a mis abuelos.

 ¿Cómo llevas el proceso de elaboración del pregón?

–Para ser sinceros, está siendo complicado. Hay cosas que se mezclan en mi cabeza: la parte personal, familiar y, también, la histórica. Hay tantas perspectivas que me está costando enfocar. Yo soy historiador, cargador, miembro de la hermandad. Es complicado casarlo todo en un pregón y que no resulte desequilibrado. Quiero que sea un pregón de todos los vejeriegos, que todos ellos se sientan identificados, aunque sea mi voz la que lo promulgue.

Esta será la segunda visita de la Virgen en este año. ¿Qué fue lo más especial para ti de la visita extraordinaria de la patrona  del pasado mes de mayo?

–Hay bastantes aspectos para el recuerdo, pero lo más sobresaliente es que en mayo la Virgen estuvo realmente cerca del pueblo. Pasó por calles y plazas en las que no había estado nunca. Y la gente respondió de una forma conmovedora. Hubo muchos momentos especiales, únicos. Sobre todo esos en los que los mismos vecinos nos decían que dirigiéramos la imagen hacía algún balcón o ventana donde vivía alguna persona enferma que pudo así reencontrarse con su Virgen.

Es quizás el pregonero más joven que haya tenido la Velada de Nuestra Señora de la Oliva...

–Soy el pregonero más joven en hacer este pregón en solitario. A finales de los 80, siendo Antonio Morillo alcalde, se decidió que jóvenes dieran el pregón, pero lo hacían en pareja. En un primer momento  me dio la impresión de que no era mi momento, que era muy joven. Pero luego meditándolo me di cuenta que esto me daba la oportunidad de ofrecer el pregón ante mi abuela y ante muchos amigos y compañeros que son mayores y que, quizás en unas décadas, no podrían acompañarme en un día tan especial. Así que acepté con especial ilusión.

¿Cuáles son tus primeros recuerdos de la Velada de agosto?

–Recuerdo cuando de pequeño esperaba a la Virgen en el bar de mi tío, El Roío, y allí le daba la mano a mi abuelo Manolo y lo acompañaba hasta la parroquia. Después, cuando era un poco cómo nos levantábamos temprano el 10 de agosto para disfrutar de la convivencia de los cargadores en La Oliva. Ya cuando cumplí 14 años, me dieron la oportunidad de cargar la Virgen por primer vez un 24 de agosto. Fue de forma improvisada, pero fue un momento muy emocionante para mí, porque además lo hice en el palo que solía ocupar mi abuelo y junto a mi tío Antonio.

También recuerdo ir con la familia a comprar las velas a Paco Francis y la ilusión que hacía ponerlas en la iglesia.

En agosto de 2002 me convertí en monaguillo con el padre Juan José y ya ahí pude comenzar a vivir otras experiencias más especiales, siempre con las enseñanzas de Paco el sacristán y las personas que se encargaban de todos los preparativos. Me encantaba observar cómo montaban el altar, cómo vestían a la Virgen y, poco a poco, me fueron haciendo partícipe de todo.

¿Y cómo espera vivir esta Velada?

–Esta velada la quiero vivir con mucho entusiasmo y mucha alegría, también con muchos recuerdos. La Virgen de la Oliva y agosto están intrínsecamente unidos y esos días son vividos con especial ilusión por todos. Son pocos los vejeriegos que no van a visitarla o recurren a ella en algún momento. También inevitablemente nos recuerda a los que ya no están. Así que seguro que también serán días muy emocionante.  

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