Anoche llegaban a Ronda los representantes de cuatro delegaciones europeas que durante esta semana participarán en un proyecto junto con el Instituto Rodríguez Delgado, en el marco del Programa Erasmus+. Cada una de las delegaciones la integran seis alumnos y dos profesores, que han viajado desde Riposto, en Sicilia (Italia); Silistra (Bulgaria) y otras dos ciudades de Polonia y Rumanía.
La iniciativa, que se desarrollará íntegramente en francés, lleva por título ‘Apprendre en paix’, es decir, ‘Aprender en paz’, y tiene como objetivo prevenir el acoso escolar y educar en el buen uso de las redes sociales, para fomentar un buen ambiente en el aula. Pero las actividades también tendrán un componente turístico, ya que, durante su estancia en nuestro país, el grupo podrá visitar ciudades tan emblemáticas como Sevilla y Granada.
Varios de los estudiantes extranjeros se alojarán estos días en los hogares de algunos alumnos rondeños de 4º de ESO y 1º de Bachillerato, mientras que el resto lo hará en hoteles y alojamientos rurales de Ronda.
Esta mañana el centro de mayores ha acogido en su salón de actos una recepción oficial en la que los alumnos rondeños han obsequiado a los extranjeros con un pequeño detalle, cortesía de Turismo de Ronda, y en la que no ha faltado la interpretación del Himno a la Alegría, de Beethoven, el himno oficial de la Unión Europea.
“Es un proyecto con una duración de dos años, empezamos el año pasado y no pudimos hacer ninguna actividad por la pandemia. Se ha ampliado un año, ya que la Unión Europea entiende que durante la pandemia las movilidades no se pudieron llevar a cabo, y nos han permitido un año más para terminar las actividades previstas”, argumenta Luis Quintana, coordinador del proyecto en el instituto rondeño.
El pasado febrero seis alumnos del centro visitaron la ciudad siciliana de Riposto, el viaje a Ronda constituye la segunda movilidad, y las tres restantes se desarrollarán durante el próximo curso. Eso, si las circunstancias del momento lo permiten, ya que la situación geográfica de Polonia, Rumanía o Bulgaria, países vecinos de Ucrania, podría comprometer el desarrollo de esas movilidades.
Desde Silistra, en Bulgaria, su coordinadora Snezhana Stoycheva, nos explica que la primera toma de contacto ha sido muy positiva, y cuenta que ayer pudieron dar un pequeño paseo, y que la ciudad les parece “pequeña pero preciosa”. “Venimos de Silistra, una pequeña ciudad que se encuentra junto a la orilla del Río Danubio, también a cinco kilómetros del Mar Negro, así que está muy bien situada y cerca de ella hay una Reserva Natural declarada por la UNESCO”, cuenta.